Larry One Shot's

LIBROS TONTOS

Madrugada es, intento estudiar porque mañana presentó mi examen final.

Harry estaba en su habitación sentado frente a su escritorio, eran casi las 2 de la mañana y él mantenía su libro de matemáticas abierto, junto con el de historia y geografía, odiaba tanto la semana de exámenes porque tenía que estudiar para cada una de las malditas materias.

Se alentaba una y otra vez a sí mismo diciéndose que estos eran los últimos de este semestre, pronto tendría vacaciones y podría descansar de la vida escolar. Dejó escapar un suspiro de sus labios mientras volvía a tomar sus notas de la clase de historia.

— La revolución francesa comienza en 1789, se divide en cuatro etapas importantes. Harry, no lo olvides, 1789 y cuatro etapas. —Hablaba para si mismo tratando de memorizar sus apuntes.

Entonces presto más atención a sus apuntes de esa página, ahí descubrió en una esquina el dibujo de un corazón, estaba rodeado por otros más pequeños en colores verde y azul. Lo había hecho durante la clase para "adornar" sus notas, pero la verdad era que solo había estado pensando en Louis mientras lo hacía.

Dejó salir un suspiro al recordar ese día. Siendo sincero, Harry ni siquiera recordaba bien el tema del que habían hablado, pero por supuesto que sí se acordaba de que al salir de la clase había salido corriendo en busca de novio que había tenido clases en el laboratorio de ciencias, por lo que se encontraba en los salones de arriba. Louis le había sonreído en cuanto lo había visto, estaba tan enamorado de su chico.

No puedo concentrarme, no se me queda nada, solo tu imagen hermosa mi pensamiento acapara.

Sacudió la cabeza tratando de volver a concentrarse, pero es que era casi imposible. Louis era tan hermoso que no podía dejar de pensar en él. Era el ser humano más maravilloso que había conocido en su vida, se perdía en sus ojos azules, sus delgados y rosados labios lo volvían loco, su sonrisa lo hacían suspirar una y otra vez, aquel flequillo que al castaño le encantaba acomodar todo el tiempo lo hacía delirar.

Su chico era tan hermoso, tanto por dentro como por fuera. Era dulce y amable, divertido e inteligente, se la pasaba haciendo tonterías que solo lograban hacerlo reír, simplemente era perfecto. Y no podía dejar de pensar en él en cada segundo del día, se preguntaba qué estaría haciendo Louis en ese momento, probablemente él ya estaría durmiendo tranquilamente, no como él que tenía que estar estudiando hasta tarde.

— Cierto, tengo que estudiar. Vamos Harry, tú puedes hacerlo. —Volvió a tomar la libreta entre sus manos dispuesto a ponerse a estudiar.

Pero solo le bastaba distraerse unos segundos con cualquier cosa minúscula que le recordara a su novio, para olvidarse de lo que se supone estaba haciendo.

Libros tontos, ¿cómo quieren que sus letras entren en mi mente? Si mi mente está cansada de tanto quererte, de quererte, de quererte.

Comenzaba a frustrarse consigo mismo, por más que intentaba estudiar no podía lograr que las palabras escritas en sus libros y cuadernos se quedaran en su cabeza. Observó una última vez las ecuaciones en su libreta antes de dejarse caer de frente sobre ella, quería gritar pero eso haría que los demás en la casa se despertaran, así que se limitó a tirar de sus rizos un poco.

Si tan solo Louis estuviera allí, él siempre sabía como calmarlo, lo ayudaba a concentrarse una y otra vez en lo que estaba haciendo, porque sí, Harry era muy despistado la mayor parte del tiempo. Dejó salir un suspiro con pesadez antes de que su mente volviera a concretarse en su bonito novio.

Recordaba bien como se habían conocido, era el primer día en la preparatoria, estaba algo inquieto porque ese acaba de mudar la semana anterior, no conocía a nadie y era aterrador ir a algún lugar nuevo sin conocer a nadie, sin embargo trató de comportarse de la forma más valiente. Dio un gran respiro antes aventurarse al edificio, caminó por los pasillos llenos de adolescentes y se abrió paso entre ellos hasta llegar a su casillero, puso la clave pero no se abría, lo intento varias veces hasta que alguien le tocó el hombro.