Capítulo 2

1.1K 161 62
                                    

Reki no volvió a la escuela sino hasta una semana después, sin embargo Langa y Miya lo estuvieron visitando constantemente haciendo su estancia en el hospital menos aburrida, pero eso no quitaba el hecho que se sentía como una molestia, Langa era quien más tiempo pasaba con él, cada día después de clases le llevaba los apuntes y charlaban un rato, el día que Reki volvió a la escuela Langa estaba feliz, la madre del pelirrojo le habló sobre la enfermedad, pero el de ojos azules decidió ayudar en lo que pudiera, a decir verdad él no era el tipo de persona que se preocupaba por otros, solo era un chico apático que practicaba snowboard desde pequeño, su padre murió y desde entonces su madre ha tenido que ser madre y padre, la situación de Reki era similar, por eso creía comprender el  sentimiento de su madre; aceptar que tu hijo está muriendo y no poder hacer nada, y como si eso no fuera lo suficientemente cruel, Langa se había percatado de los indicios de depresión en la actitud de Reki, era obvio que tener cáncer no era algo que alguien aceptaría como si nada, por que no era como ganar un premio, tener cáncer era como ganar una cita con la muerte, como si solo estuvieras esperando tu turno. 

Reki comenzaba a perder las esperanzas, sabía que la posibilidad de recuperarse era realmente baja, últimamente comenzaba a sentirse culpable y patético, ¿Cómo había llegado a arrastrar a alguien más a su patética vida? Langa lo veía como una persona especial, desde que Miya le habló de la forma de patinar de Reki, el de ojos azules en verdad tenía ganas de verlo patinar pero sabía que en las condiciones del pelirrojo era casi imposible que volviera a poner un pie sobre su patineta. 

-Te ves demasiado pensativo - dijo Langa al ver que su amigo miraba el reflejo del cielo en el lago, estaban sentados cerca del puente donde Reki había llorado anteriormente, solo que ahora era una tarde cálida y de hermosa vista con el cielo que comenzaba a abandonar sus colores naranjas cubriéndose con tonalidades azules y  las estrellas que se comenzaban a asomar junto a la luna.

-No es nada... Solo extraño un poco el skate...

-Te gusta mucho ¿Cierto?

-En realidad solo era un pasatiempo, pero... A medida que iba mejorando me obsesionaba cada vez más... Cuando entré por primera vez a "S" vi a tantos patinadores realmente asombrosos, recuerdo haber retado a Shadow aún sin conocerlo - una risa nostálgica abandonó su garganta y posó su mirada en el cielo apoyando  sus  manos en el césped - Debo admitir... Que a pesar de haber perdido se sintió tan bien, aún puedo sentir la adrenalina de aquel momento recorrer cada parte de mí.

-¿Puedes... Enseñarme? - murmuró Langa.

-¿Qué?

-Quiero que me enseñes a patinar, por favor - los ojos azules de Langa se encontraron con ese color ámbar en los ojos de Reki. Ese brillo en los ojos de Langa representaban el deseo que tenía por aprender.

-No, yo no puedo... Puedes decirle a Miya que te ayude.

-Por favor Reki, quiero que tú me enseñes.

-¿Por qué? - el pelirrojo frunció el ceño.

-Quiero cumplir tu sueño... Miya me dijo que quieres ganar la competencia, entonces... Quiero aprender para ganar por ti - Reki prácticamente podía ver la sinceridad en las palabras de Langa, y su expresión triste terminaba de convencerlo; aún no entendía por qué Langa se apegaba tanto a él, solo era un enfermo con los días contados por un enemigo sin forma.

-Langa... Aún si te enseño no creo que puedas ganar, quedan menos de dos meses para la competencia

-Yo sé que puedo, solo confía en mi Reki - el de ojos azules tomó las manos de Reki apretándolas levemente y dándole una sonrisa que para los ojos de Reki era simplemente hermosa.

- Está bien, solo espero que no te arrepientas después.

- ¿En serio? Gracias Reki - Los brazos de Langa rodearon al pelirrojo sin previo aviso, Reki permaneció estático por unos segundos, después sonrió.

[Días después]

-¡Vamos Langa! - gritaba Miya emocionado sobre los hombros de Shadow, pues su amigo oji-azul estaba en una carrera improvisada con Joe, Reki estaba sentado junto a Cherry mientras miraban la pantalla de la tablet dónde se transmitía la pequeña carrera.

-Es muy bueno, pero por lo que dijiste antes apenas ha empezado hace dos semanas.

-Me dijo que antes de mudarse practicaba snowboard, supongo que le ayudó mucho.

-Aún así es muy poco tiempo... - Reki le interrumpió.

-Langa es un genio ¿Verdad? 

-Es especial, supongo.

-Me da algo de envidia.

-¿Por qué lo dices? 

-Creo que si yo siguiera en el skate él sería mucho mejor que yo... Pero... De alguna manera me hizo feliz que me pidiera patinar en mi lugar, sé que puede ganar.

-No me subestimes, Reki - dijo Miya jalando levemente la oreja de su amigo - yo podría ganar contra Langa.

-Perdiste la carrera hace dos días - le recordó Cherry.

-E-eso fue por que no me sentía bien.

-Si, claro - le molestó Reki.

-Aggh... Ustedes par de... - Shadow interrumpió los insultos que Miya se proponía a soltar.

-Langa ganó... Otra vez - anunció el hombre robusto. Y es que Langa había ganado contra la mayoría de ellos, solo faltaba Cherry por ser derrotado y este no le pondría las cosas fáciles.

-Supongo que seré el siguiente - dijo el de cabellos rosa - Pero no te preocupes, no saldrá herido. - Langa volvió para reunirse con sus amigos, sin pensarlo dos veces abrazó a Reki, tal vez comenzaba a hacerse una costumbre.

-Oye Joe, te humilló un novato - se burló Miya.

-Él tiene talento - respondió Joe encogiéndose de hombros.

-Que decepcionante - Dramatizó Cherry.

-¿Acaso apostaban por mí? - Joe levantó el mentón de Cherry para que lo mirara a los ojos, sin embargo el de lentes apartó la mirada con las mejillas sonrojadas lo que hizo que Joe soltara una carcajada.

- ¡Deja de burlarte imbécil!

-Quiero ver la boda antes de morir - susurró Reki tratando de bromear para sí mismo, pero solo Langa pudo escucharlo, lo que lo hizo entristecerse.

-Reki...

-Ah lo siento, lo dije sin pensar. - sonrió. 

El pelirrojo siempre trataba de tapar su tristeza con una sonrisa. Shadow los llevó a casa de nuevo, Langa se quedó en la casa de Reki para ayudarlo a terminar un trabajo de la escuela, pero precisamente esa noche el dolor en las piernas de Reki se intensificó, los medicamentos ya no hacían su efecto como en los primeros días, Reki se había negado a recibir quimioterapias,  su madre le pidió a Langa  que lo convenciera, pero el chico no había encontrado las palabras correctas para hablar sobre el tema sin hacer que su amigo se enojara. Volviendo a la actual condición de pelirrojo, estaba recostado en una camilla de hospital, sedado y con una madre llorando desconsoladamente a su lado; eran aproximadamente las dos de la mañana y Langa seguía en el hospital, con su madre tratando de consolar a la progenitora de su amigo. Ambas mujeres salieron de la habitación, entonces solo quedó el chico quien se sentó el lugar dónde estaba la madre de Reki, tomó la mano de su amigo y entrelazó sus dedos, en las pocas semanas que llevaban de conocerse nunca había visto a Reki reir, era triste ver como el pelirrojo se apagaba como su vida. Miya le había contado sobre "el Reki del pasado" ese era el que Langa quería ver, no soportaba ver a ese Reki apático, al que todo le da igual y que solo quiere que llegue el momento de su partida. Inconscientemente las lágrimas de Langa descendieron cayendo sobre sus manos entrelazadas. 

"Al menos déjame escucharte reír  aunque  sea sólo una vez antes de irte..."

|SOULMATES| RengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora