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2 meses después

— Acaba de llamarme— dijo Finn totalmente nervioso, Ciara se erizó por completo.

— ¿Qué te dijo?

— Me amenazó todo el tiempo, me dijo que se las iba a pagar, que ningún policia me protegería de él y que así me fuera a vivir al lugar más recóndito del planeta me iba a encontrar— mencionó, recordando la forma tan siniestramente tranquila en que se lo había dicho— por eso te dije que era mejor deshacernos de él, es un demente— Ciara negó.

— Tú vas a dejar las manos quietas, son sólo amenazas, además de que sólo tú, el abogado y yo sabemos a dónde nos vamos, él no tiene por qué saberlo.

Hace dos meses Ciara se contactó con el abogado de sus abuelos, le fue algo difícil conseguir su número pero luego de llamar a varios de sus conocidos lo logró.
Cuando volvió a reencontrarse con su abuela ella olvidó decirle que la hacienda quedaba como su herencia, pero fue mayor la emoción de su reencuentro que cualquier asunto legal.

Hace un mes y medio Finn había ido a la policía para denunciar a Eric, tanto por la violencia que había sufrido desde niño como por la violación cometida contra Ciara.

Hace tres semanas Ciara había comprado los boletos de avión que los llevaría de Wellington a Auckland, otra ciudad de Nueva Zelanda, luego al Chicago O'Hare International Airport, en Estados Unidos y por último directamente a Edimburgo, Escocia.

Hace dos semanas Eric había recibido una orden de alejamiento por parte de Finn y Ciara, pero lo único que consiguieron fue que se encegueciera de ira y lo tomara como una amenaza.

Y hoy era el día que dejaban las cortas vidas que habían construido aquí, hoy dejaban todos los traumas que habían recibido, hoy se iban por fin de Nueva Zelanda.

Pero había un pequeño... en realidad GRAN problema.
Finn no tenía sus papeles con él.

— ¿Estás cien por ciento seguro?— preguntó la chica— insisto en que no es una buena idea, deberíamos ir con la policia o algo...

— Confía en mí, él no va a estar allí, a esta hora nunca está en casa— respondió.

No tenía nada bajo control, solo un par de cosas improvisadas con las que rogaba que le salieran bien.

Ciara suspiró y se acercó a él para abrazarlo, tenía cierto arrepentimiento y en parte no quería ni siquiera tomar ese vuelo.

— ¿Y si algo pasa?— le susurró— ¿Y si algo te pasa?— él besó su cabeza.

— Todo estará bien, nada malo va a pasar, no tienes de qué preocuparte, tu y yo nos iremos pronto de aquí— trató de transmitirle confianza, pero su cabeza estaba llena de incertidumbre.

— Bien— contestó de forma pesada, y miró el reloj de la pared— Mierda, Canadá, debemos estar en el aeropuerto en una hora, debemos irnos— se separó de él y tomó su  pequeña maleta y le entregó a él su mochila, los nervios de Finn subieron a tope.

Ambos salieron de la casa, dejaron las llaves con uno de los vecinos que tenía confianza con el arrendatario y caminaron hacia una de las avenidas que tenían mas cerca.

CANADÁ                               [𝐅𝐢𝐧𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟𝐡𝐚𝐫𝐝]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora