El avión aterrizó en Nueva York y, apenas bajé, encontré a Jake esperándome en la salida. Me ayudó con mis maletas y, en cuanto subimos al coche, el cansancio del viaje cayó sobre mí como un peso.
El trayecto fue silencioso hasta que él habló justo cuando estacionó frente a mi edificio.
—Hailey... antes de que entres creo que te tengo que advertir de algo.
Fruncí el ceño.
—¿Qué?
Jake suspiró.
—Alex está aquí.
—¿Qué? —sentí cómo se me helaba el estómago.
—Y te está esperando.
—Perfecto —murmuré, con un tono que dejaba claro todo lo contrario.
—Suerte
Entré al edificio arrastrando mis maletas, subí al departamento y lo primero que hice fue soltar todo en mi habitación. El lugar estaba completamente silencioso. ¿Seguiría dormido?
Fui a la cocina y tomé un vaso; me serví agua para intentar calmarme.
—Qué bueno que ya llegaste —escuché su voz detrás de mí.
Dejé el vaso sobre la mesa y me giré lentamente.
—Qué bueno que te da gusto —respondí con una sonrisa falsa.
Alex cruzó los brazos; ya venía preparado para pelear.
—¿Por qué fuiste a verlo, Hailey?
—Tuvo un accidente y estuvo en el hospital —dije, conteniendo la irritación.
—Se lo tenía merecido.
—Alex...
—Te hizo daño, Hailey.
—Sí, y ya lo estoy superando.
—Te engañó —recalcó—. Te engañó con otra.
Apreté la mandíbula.
—Y no tienes por qué estármelo recordando cada vez que tienes la oportunidad.
—Solo quiero lo mejor para ti.
—Ya no soy una niña pequeña, Alex. Puedo tomar mis propias decisiones... —Lo miré directamente—. ¿Creíste que nunca me enteraría que le dijiste a Liam que no se acercara a mí?
Él parpadeó.
—¿Te dijo?
—Me dijo Caleb, su amigo. —Negué con la cabeza, incrédula—. Es increíble, Alex. Estás controlando mi vida. ¡Tú nunca habías sido así! ¿Qué te está pasando?
—No me gusta verte sufrir —murmuró, bajando la mirada.
—Lo sé, y gracias por preocuparte por mí. Pero es mi vida, son mis decisiones. No tienes que andar golpeando gente y amenazando.
—Lo siento —dijo, pero sonó más a reflejo que a sinceridad.
Me acerqué más.
—¿Te hubiera gustado que el hermano de Miranda te golpeara y te dijera que te alejaras de ella cuando apenas empezaban?
—Hailey...
—¿Te hubiera gustado o no?
—Claro que no —respondió, con la voz rota.
—Yo confiaba en ti... —sentí cómo mis ojos comenzaban a humedecerse—.
Alex tragó saliva; sus ojos estaban rojos, las lágrimas acumulándose sin caer. Yo me limpié las mías rápidamente.
BINABASA MO ANG
My Only One 3 •Editando•
Teen Fiction"Siempre serás tu" Liam tendrá que tomar una decisión, la decisión de quedarse con Hailey en N.Y.... o aceptar y seguir sus sueños de ser un jugador profesional.
