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capítulo veintitrés . . . ❞
AMELIA GRANGER⠀⠀⠀
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Se había dado el tiempo de recorrer la mansión.Nunca había visto una casa tan grande como esa, como tampoco veía necesario que una persona tuviera más de lo que necesitaba.
El gran espacio pronto la hizo sentirse extraña.
Ella quería volver a su hogar. Sentir el abrazador fuego se la chimenea mientras se recostaba a leer junto a Hermione. Tentarse con el aroma de las galletas que su madre hornearía para ellas mientras su padre veía la televisión. Nunca creyó que días tan normales e insignificantes como esos pudieran transformarse en recuerdos que se escurrirían por sus manos.
La mansión era demasiado para ella.
Para vivir tan solo tres personas en el lugar, tenían más de lo que podía creer. En su trayecto se encontró con más de veinte habitaciones, todas finamente decoradas de distintas maneras, como si cada una adquiriera su propio estilo.
Los cuartos de baño eran idénticos, cada uno con bañeras de cuatro patas y duchas vidriadas, con gigantescos espejos y adornos lujosos.
Pasó por la sala de estar, donde pudo admirar varios cuadros de la familia, siempre manteniéndose elegantes ante la mirada de una cámara. Amelia podría decir que lucían perfectos, como si fueran un ejemplo para la sociedad, la más pura de las imágenes.
Ella sabía que no era así y aquello la apeno por un segundo, siendo solo un pequeño instante antes de seguir avanzando hasta llegar a otra sala.
El salón...
Nunca había visto un lugar tan perfecto como ese salón, cubierto de lámparas hechas de completo diamante en la estructura del cielo. Grandes pedestales y barras de estilo clásico rodeando el lugar. Mármol color gris y negro predominando las paredes y suelos, formando una perfecta mezcla de todo lo que demostraban ser los Malfoy.
No se había impactado de ello. Si se tiene dinero, se puede permitir derrocharlo en lo que se les antojara.
Lo que si le impactó fue la enorme biblioteca donde, media hora después de su paseo, entró para encontrar a Draco rodeado de libros, atento y ensimismado en lo que parecía ser una investigación.
Sus pasos debieron haberlo hecho despistarse, porque en el segundo en que avanzó, él se giró hacia ella, mirándola sin expresión.
Amelia sintió un nudo en su estómago antes de reunir fuerzas para hablar— Estás molesto?
Draco había vuelto a mirar los libros, moviendo su pluma sobre un pequeño pergamino gastado— ¿Debería estarlo?
Fue frío, pero sabía que de cierto modo, no quería serlo— Parecías estarlo hace un rato.
Sus pies siguieron avanzando hasta llegar a uno de los largos estantes, apoyando su cuerpo en él para mirarlo desde la altura.
El cuello abierto de su camisa la dejaba ver la profundidad de su pecho, las formas en que se flexionaba cada vez que movía los músculos de sus brazos al escribir.
Parecía exhausto. Su cuerpo estaba casi recostado en la silla, sentado con total naturalidad mientras uno de sus pies descansaba sobre su rodilla.
—Es solo que todo esto me fastidia —le respondió, casi tirando de la pluma para pasar una mano por su cabello—. Ellos me fastidian.
Amelia cruzó sus brazos, bajando la mirada hacia sus pies.
No podía juzgarlo. No conocía a su familia por completo y si el cuadro en que sus rostros lucían flameantes y perfectos la había hecho creer que realmente lo eran, podía estar equivocada.

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SUBMISSIVE, 𝙙𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙢𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 ✓
Fanfiction(EDITANDO) 𝐒 | Luego de escapar de la Batalla de Hogwarts sin aires de gloria, un grupo de estudiantes decide esconderse en la oscuridad del bosque para tratar de sobrevivir. Tras un año encerrada y aún sintiendo la culpa pesar en sus hombros, Amel...