(...)

A la mañana siguiente la ruidosa alarma nos despertó y ambos nos sobresaltamos, Evan la apagó con un quejido y luego se giró para abrazarme y apoyarse en mi pecho.

-Buenos días, preciosa -dijo con voz ronca-

-Buenos días -tomé sus mejillas y las besé con ternura- Vamos a la ducha, nos espera un largo día por delante.

Cuando ya todos estábamos listos nos reunimos en el pasillo y salimos del hotel, íbamos todos vestidos muy veraniegos. Yo llevaba puesto un short de mezclilla con roturas a los lados y un top corto de color blanco junto a mis zapatillas del mismo color. Y por supuesto debajo traía un bikini. 

Al llegar al lugar todo era un caos, habían personas por doquier pero todos nos emocionamos cuando por fin entramos y ya la música se escuchaba por doquier, el sitio era enorme y el sol iluminaba todo el lugar, en el fondo había una enorme rueda de la fortuna que estaba rodeada por palmeras, y los distintos puestos estaban ubicados en diferentes direcciones, como el de rock, música indie, electrónica, pop y hip-hop. Nosotros decidimos comenzar en el de electrónica. Ahí ya había una gran cantidad de personas y todos saltaban y disfrutaban de la música. La playa estaba al otro extremo y ya estaba deseando ir.

Los chicos se adentraron en el público y los seguimos para quedar más cerca del escenario, la música retumbaba en nuestros oídos y Kevin nos dio unas cervezas a todos para poder pasar el calor abundante que hacía, sobre todo al estar rodeados de toda esa gente. 

Estuvimos bailando, bebiendo y disfrutando el resto de la tarde en todos los puestos, claramente de vez en cuando nos deteníamos para poder comer algo en las bancas y no desmayarnos del hambre, y así aprovechábamos de descansar un poco. La mayoría de las personas ya estaban bebidas o drogadas, y nosotros no nos quedaríamos atrás.

-Miren lo que conseguí -dijo Kevin acercándose-

-¿Dónde te habías metido? -preguntó Daniela con el ceño fruncido-

Kevin sacó de su bolsillo una cajita de metal y la abrió para luego enseñarnos unos cigarrillos de marihuana. Nos miramos entre todos y sonreímos maliciosamente. Fuimos hasta un lugar más apartado para poder fumar y minutos después fuimos hasta el puesto de música indie. 

(...)

Había dejado de escuchar la música, solo podía ver a Evan bailando frente a mi y sentí un gran cosquilleo recorrer mi cuerpo cuando sus manos rodearon mi cintura. Sentía como si todos los demás hubiese desaparecido, éramos solo él y yo. Él se acercó a mi oído para luego susurrarme.

-Eres tan hermosa.

Las emociones florecían en mi interior y solo podía pensar en llevármelo de aquí y demostrarle todo lo que sentía por él.

-¡Dios, esto es genial!, me siento tan bien -gritó Celeste con emoción a nuestro lado desconectándome de mis pensamientos-

Kevin y Daniela habían desaparecido para hacer quizás que y Celeste ya se había devorado dos hamburguesas. Ya estaba atardeciendo y las luces de colores ya se hacían presentes en todo el lugar, también ya había comenzando a funcionar la rueda de la fortuna. 

Sentía mi cuerpo pesado y cada contacto en mi cuerpo lo sentía mucho más profundo. De pronto un gran calor me invadió y sentía la gran necesidad de salir de ahí.

-Ven -tomé la mano de Evan y comenzamos a caminar entremedio de la gente hasta llegar a la salida-

-¿Dónde vamos? -preguntó confundido- ¿Pasa algo?

-Necesito refrescarme.

No lo solté en ningún momento y fuimos hasta el otro extremo del lugar, en donde estaba la playa. Me sorprendió verla casi vacía, pero mucho mejor. Caminamos por la arena hasta llegar a un espacio en donde no habían personas y nos quedamos embobados mirando el mar.

Evan se acercó hasta mi y me tomó en sus brazos.

-¿Qué haces?

-Vamos al agua.

Evan corrió conmigo en sus brazos hasta llegar a la orilla, pero no se detuvo y se adentro un poco más, el agua hizo contacto con mi piel y esta se puso de gallina al instante. Estaba fría pero refrescante. Al haber estado todo el día al sol y con un montón de personas, bailando y sudando, lo necesitaba.

Evan me soltó y luego me abrazó para hundirnos. 

-Idiota, no me avisaste -golpee su hombro-

Él rio y me quedó mirando por unos segundos. Las gotas de agua caían de su cabello hacía su rostro, sus labios estaban húmedos y sentía la gran necesidad de besarlo.

-Hazlo.

-¿Qué cosa? 

-Lo que sea que estés pensando.

-¿Estás segura de eso?

-Muy segura.

Él sonrió para luego tomarme entre las piernas y pegarme a su cuerpo, luego tomo mi rostro con su mano, acarició mi mejilla y metió un mechón de mi cabello detrás de mi oreja para seguidamente juntar sus labios con los míos. Estos se movían con fuerza y dejé entrar su lengua que me produjo una gran corriente cuando hizo contacto con la mía. 

Cuando se separó de mi me bajó y me tomó de la mano para salir del agua, él solo caminaba y yo lo seguía sin decir nada. Se adentró por unas palmeras y cuando se detuvo se sacó la camiseta rápidamente, solo solo me quedé quieta observando todos sus movimientos, dejó la camiseta estirada sobre la arena y se dirigió a mi.

-Puedes recostarte ahí -dijo con la voz ronca-

Hice lo que me dijo y se acercó para luego colocarse sobre mí y volver a besarme con la misma intensidad que en el agua. Ya se había oscurecido y la gran luna nos acompañaba iluminando por completo el lugar. 

Evan quitó mi camiseta mojada y comenzó a besar mi cuello hasta llegar a mis pechos y luego masajearlos con suavidad. Con la otra mano desabrochó mi short y yo lo ayudé a bajarlo hasta quedar en bikini. Él me observó con una sonrisa y besó mi cuerpo por todas las partes posibles. 

-Eres perfecta. 

Mi corazón estaba acelerado y brincaba de felicidad, y solo podía pensar en una cosa, en algo que necesitaba decirle desde que él lo había hecho, algo que ya no podía callar más.

-Evan...

-¿Sí, princesa? -sus ojos miel se cruzaron con los míos-

-Te amo.

XX.

AHHHHH, por fin.



Aprendiendo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora