SUBMISSIVE, 𝙙𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙢𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 ✓

Chapter Twenty

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capítulo veinte . . . ❞
AMELIA GRANGER

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—N-no —murmuró, intentando convencerse a sí misma—. No pueden, no... ellos deben estar aquí, ellos -

—Amelia —las manos de Draco la sujetaron por lo hombros, haciéndola frenar antes de que pudiera hacer algún movimiento—. Necesito que te tranquilices.

—¿Tranquilizarme? —preguntó, frunciendo el ceño—. No puedes pretender que me tranquilice Draco. Mira a tu alrededor. ¿Quieres que me tranquilice?

—Alterarte sólo te hará sobre pensar las cosas, y estoy seguro que no quieres eso.

Amelia resoplo, tirando de su cabeza hacia un lado— Bastante tarde. Ya estoy 'alterada', si así quieres llamarlo. Ahora, ¿podrías soltarme?

Él no lo hizo, en cambio, sostuvo su mirada contra la de ella, como si por medio de una conexión tratara de hacerla entender. Llegar hasta algún punto de su interior.

Amelia no caía en ese tipo de juegos, y apenas logró salir de su estado de shock, soltó el agarre de Draco, corriendo por el pasillo para ir escaleras arriba.

No podía pensar.

No podía hacerlo cuando sabía que todos podían estar en peligro y nada más que por su culpa. Su hermana, sus amigos... todos estaban allí afuera. Las teorías eran múltiples.

¿Se habrían ellos ido? Era imposible. No lo habrían hecho sabiendo que ella y Draco estaban fuera.

¿Los habían atacado? La respuesta más lógica. Un ataque era lo que había ocurrido en aquel bunker y la sola idea de pensar en que los Mortífagos podrían haber tomado de rehén a todos para llevarlos ante el Señor Oscuro la hacía temblar.

Mientras corría por el pasillo sentía la voz de Draco gritarle una y otra vez pero no lo escucharía. Sus manos se aferraron con rapidez contra el pomo del cuarto de Hermione, abriendo para esperar encontrar algo más que cuatro paredes vacías.

Su cama estaba desordenada y la ropa tendida por todo el suelo. Había cajones abiertos y muchas de sus cosas yacían esparcidas por la habitación.

Fue imposible.

—Amelia —suspiró Draco tras ella, regulando su respiración—. Amelia debemos... tú y yo debemos -

—Irnos —interrumpió ella, mirando alrededor de la habitación, desordenada y solitaria—. Tomaré un bolso y pondré un hechizo expansivo.

No tenía tiempo para nada. Su mente apenas procesaba pensamientos por lo que ponerse en pie y avanzar era lo único que podía hacer.

Pasó por el lado de Draco, quién en vez de volver a hablar, sólo la miró, siguiendo con sus ojos cada uno de sus pasos.

Cuando llegó a su cuarto respiró bruscamente, pasando las manos por su cabello antes de darse a sí misma la fuerza para comenzar a tomar sus pertenencias.

Ropa limpia y un par de libros sobre defensa fue todo lo que pudo ver. Apartó un espacio, dejándose estar en la habitación de Harry para tomar un par de pociones curativas en caso de cualquier incidente que suplicaba, no sucediera.

Apenas estuvo lista y dispuesta encontró a Draco en la puerta, mirando con nerviosismo hacia el corredor de salida mientras tiraba de su suéter con desdén.

—Bien —dijo Amelia, marcando su presencia—, llevamos comida, libros y pociones. Puse algo de ropa, ¿llevas ropa?

Draco apenas la miró, sacudiendo la bolsa que habían utilizado hace poco tiempo para ir a la tienda— Todo está aquí —respondió, dando un suspiro antes de seguir—. Amelia debemos -