7 Café Cortado Café

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fectivamente, aquella noche tan solo durmió dos horas; cada vez que intentaba cerrar sus ojos, los recuerdos de aquel sueño volvían tan vívidos y fríos como la primera vez que aparecieron en su mente. Finalmente el sueño la venció y terminó dormida por cansancio, pero apenas cerró sus ojos el despertador resonó por toda la habitación, haciendo eco en las paredes de su cerebro.

Ni siquiera se esforzó en tomarse el tiempo de elegir un outfit especial aquel día, tomó los primeros jeans que aparecieron en su vista, unas cuantas poleras y un suéter holgado, lo más rápido para sus pies fueron unas botas y removió un poco sus cabellos, sin siquiera ánimos de peinar estos. Tomó su mochila, colocandola a su hombro y bajó a la cocina. El estado de Kara era deplorable, solo una noche sin dormir correctamente y sus ojeras se marcaban como si no hubiese pegado un ojo hace semanas, era como si su piel se volvía aún más albina de lo que de por si era; era como ver a un zombie en vivo y directo (ya que su caminar tampoco era tan diferente).

Para su suerte tía Celina no estaba despierta, sino estaba segura de que haría miles de preguntas respecto a su aspecto. Thomas era el único en la cocina, pero estaba muy ocupado preparando su batido proteico como para mirarla detenidamente, aunque una vez en el auto, cuando no había batidos que preparar, tampoco pareció darse cuenta, o tal vez no preguntaba para no incomodarla, aunque conociendo a su primo probablemente estaba tan ocupado en pensar que haría aquel día en la práctica de futbol que ni siquiera había notado la presencia de Kara desde que bajó a desayunar.

Llegaron a la escuela y Thomas estacionó en el mismo lugar que ayer, solo que esta vez se aseguró de que desde que Kara bajó del auto, hasta que llegó a la entrada principal del edificio, no hubiera ningún auto que la rozara, y seguro con lo descolgada y cansada que se sentía, esta vez no sería solo un roce.

Apenas llegaron a la puerta de entrada, vieron como Cristal los esperaba en esta, saludó primero a Thomas, quien al mismo tiempo se despidió para irse con los chicos de su curso, y luego llegó con Kara, solo bastó una mirada de la morena para que hablara con un tono reprochador.

- ¡Por el amor de Dios, Kar!- Este era un apodo que Cristal había decidido ponerle ayer.- Con todo respeto, pero luces como la mierda...

- Me siento como la mierda también.- Habló en medio de un suspiro la castaña.

- No necesito preguntar para saber que no dormiste nada, pero...¿Qué pasó?- Preguntó preocupada la más baja mientras caminaban por los pasillos.

Kara no estaba tan segura de contarle sobre su pesadilla a Cristal, entrar en detalles; había sido algo muy personal, no sentía aquella confianza por la morena, y al mismo tiempo tenía miedo que la tomara por loca si le decía que había soñado que mataba a siete personas en medio del bosque, y entre ellas, su propia madre.

NIGHTMARES: Pesadillas de LavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora