"Cariño ¿Porqué actúas como si yo no estuviera aquí?
Ahora mismo se siente como si yo no importará"
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(Tranquilas, no se refiere al Namjin, ellos son felices y comen perdices. Ellos ya están quietitos en su nidito de amor)
...........Cuándo Seokjin abrió la puerta, sonrió ampliamente al ver a sus amigos. Si se detenía por un momento y los comparaba con sus recuerdos de hace tantos años, se podía notar en cada uno de ellos el inicio de unas facciones marcadas y maduras.
Jungkook y su desordenado cabello negro aún estaban ahí, al igual que las enormes botas que portaba. Su mandíbula estaba marcada y le daba una apariencia sumamente atractiva a sus mejillas. Lo único que lo diferenciaba de su aspecto juvenil en aquella época, era la paletita roja que ahora saboreaba su pequeño hijo Daehyun.
Un encantador niño de furioso cabello rojo, -cortesia de Taehyung y su tinte favorito- con bonitos ojos chocolate, aunque uno tenía heterocromia, pintando así su ojo derecho de un tono verde muy bonito como si hubieran esmeraldas en sus orbes compartiendo el lugar con el colorsito chocolate.
Lo habían adoptado hace unos meses y Taehyung lo había escogido, porque decía que sus ojos contenían tantas estrellas como los de Jungkook. Y este último, obviamente halagado había aceptado. Así que, por obvias razones, Daehyun se había convertido en el mejor amigo de Jung, solo que esta vez conocería al pequeño Dongsun también.
Después estaba Taehyung, su cabello pintado del mismo color de Daehyun. Sus orejas con carísimos aretes tintineando y aquellas mejillas que alguna vez fueron regordetas, ahora estaban marcadas, delineando su mandíbula y resaltando aquel cuello varonil.
Su mano, como siempre, apretada con posesión en la cintura de su encantador Jungkook mientras besaba su mejilla, logrando que el gordito moflete de Jungkook apareciera.
—¡Tú y yo tenemos que hablar!
—Fué el saludo de Jungkook, recibiendo un manotazo de Seokjin.—Tambien me alegro de verte, besitos. —Molestó Seokjin, logrando que los mofletes de Jungkook se pintaran de un adorable carmín.
—¡Ya han pasado ocho años!
—Jungkook apartó la mirada molesto y murmuró. —Saluda a tú tío Seokjin, amor.—¡Jin!— Daehyun estiró sus bracitos, dándole un abrazo pequeñito pero lleno de amor a su guapo tío.
—Hola rojito.— Seokjin besó su mejilla. —Estás tan bonito como yo.
—Querrás decir como su padre.
—Molestó Taehyung y luego, sus cejas se fruncieron, cambiando su expresión por una ensombrecida. —¿Dónde está Namjoon?—No le harás daño a mi esposo.
—Regañó Seokjin. —Hablaremos adentro. —Propinó unos palmaditas en el brazo de Jungkook, indicandoles pasar.—¿Qué tanto murmuran ustedes?— Yoongi le dió un empujón a Taehyung para que entrarán de una vez y sonrió cuándo este tropezó con el escalón y cayó en el sofá.
—Buenos días Seokjin.Yoongi tenía su cabello pintado de menta y su ropa distaba mucho de lo que usó en aquellos días en el campus universitario. Las chaquetas largas y negras, dónde escondía siempre sus manos se habían ido al igual que las que se ataba en su cadera.
Ahora portaba un espléndido traje de negocios mientras que Jimin con el cabello negro y desordenado usaba un suéter enorme de cuello amplio que enseñaba su piel de forma superficial, pero aún así hacia evidente la firmeza de su abdomen y el color de su pecho.
—Hola Yoongi ¿Cómo van los negocios?—Preguntó Seokjin, girandose y resoplando cuándo vió a Namjoon y Taehyung propinandose manotazos.
—Una mierda.— Oh sí, el vocabulario de Yoongi no había cambiado en nada.

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Besos Bruscos - [Namjin]
Fanfiction🏆Ganadora de la medalla de oro en los premios Trouble Cube Awards 2020🥇Escrita en 2020 Seokjin quiere ser boxeador y Namjoon capitán del mejor equipo de fútbol americano. Seokjin solo busca sexo y Namjoon está enamorado de una animadora. Entonces...