Capitulo 24

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Tres semanas....

Tres estúpidas semanas en las que no eh dirigido la palabra a James, Jay, April, George, Carlos, Logan, Austin, nadie. Mi familia no era la excepción, Kendall incluido.

Me encontraba enfadada conmigo misma por algo que si quiera yo había realizado, me había vuelto una antisocial en éstos días por él, por aquel acto que me dejó marcada “de por vida”.
Las tardes se volvían aburridas si no entablaba una conversación con alguna de mis amigas o con el divertido de Carlos. Ahora me encontraba en el hospital, al cuidado de niños pequeños con cáncer entre otras enfermedades mortales.
—Srta. ______ —Me llamó una de las niñas.
—¿Sí? —Respondí con una sonrisa forzada.
—¿Me leerías este cuento, porfavor? —Pidió con una sonrisa muy tierna.
—Claro Phoebe.—Articulé tiernamente mientras tomaba aquel librito de breves páginas. La chica castaña se acomodó en la camilla y con sus ambos lindos ojos celestes, observó atenta a como le leía.
Reía con sus muecas de asco cuando musitaba una frase como “¡La caca podrida!” y otras más.
—“Los buenos recuerdos.. nunca se olvidan.” —Musité al terminar aquel lindo cuento, Phoebe ya hacía dormida tapada con sábanas blancas y yo tenía lágrimas en los ojos, aquella historia me había llegado al corazón.— Buenas noches Phoebe. —Sonreí mientras acomodaba la obscura frazada y las sábanas blancas.
—Tu turno termi.. ¿Qué ocurre? —Cuestionó Ángela corriendo hacia mi.
—Nada.. —Sonreí limpiando mis lágrimas— Una simple historia.
—¿Estás segura? —Insistió— ¿No es por el James ese? —Preguntó haciendo una mueca de desagrado.
—No. —Contesté cortante, recordarlo no me agradaba mucho.
—Vale —Sonrió— Tu turno terminó, cuídate ______. —Se despidió mientras quitaba de mi bata blanca.
—Adiós Ángela..

Marqué el botón para que el elevador llegara donde me encontraba y en menos de la mitad de un segundo, llegó. Me adentré en éste y oprimí el número “1”, fué entonces cuando recordé una de las líneas que decía aquel texto:

“—No olvides nada de lo que has pasado, tu primer beso con él, tu sonrisa y el efecto que causas en los demás al hacerlo, cuando John te dijo todo lo que sentía por tí, los lindos días que pasamos juntos, porque recuerda.. los buenos recuerdos nunca se olvidan—Musitó Christopher.”

Las puertas del elevador se abrieron en señal que debía bajar, llamaría a Mark para que viniese por mi y al llegar, me tiraría sobre la cama como en estas últimas tres semanas.
—Mark, necesito que vengas por mí. —Dije cuando atendió el celular.
—Estoy a la vuelta de la esquina señorita Parker. —Contestó.
—Claro, gracias. —y corté.
Caminé donde Mark me había dicho y efectivamente, allí estaba estacionado con el gran vehículo obscuro.
—¿Hará una parada extra? —Cuestionó Mark desde el asiento piloto.
—No. —Sonreí desgastada— Solo llévame a casa, gracias.
—Como usted ordene.

Miré por la ventanilla del vehículo, parejas felices, de adolescentes a ancianos. Era tan hermoso, como desearía tener a mi persona indicada para pasar con ésta el resto de mi vida. Anhelaba que “mi persona indicada” fuera él, James. Pero no. Maslow jamás luego de su acto con Summer.
Llevé los auriculares a mis oídos y automáticamente comenzó la canción de Taylor Swift, “Last Kiss”.

Tenía los libros en mano, lista para dirigirme a la clase de Francés. Muchas de las personas que me conocían —Todo el instituto— se me quedaban observando extrañados, seguramente porque Jay, April, James u otra persona no se encuentra a mi lado. Pero algo más no calzaba, faltaba la presencia de la rubia oxigenada y chillona de Summer, y no solo hoy, dos días antes había ocurrido exactamente igual.
Aula trece, perfecto, aquí era. Abrí con lentitud la puerta del aula perteneciente a la clase de Francés y seis rostros se me hicieron bastante familiares, Pena, Edwards, Duncan, Henderson y.. Maslow se encontraban dentro, todos juntos en una esquina. Apartados de la multitud, ¿Qué diablos?.

Tomé asiento extremadamente alejada de ellos, por el primer puesto y nadie a mi lado. Perfecto, así lo quería.
—Bonjour. —Entro el profesor con un saludo en francés, “Hola” era su significado.
—¿Bon.. jour? —Contestamos extrañados.
—Siège. —Continuó, “Asiento”, dijo en otro idioma. Rápidamente obedecí pero los demás observaban al profesor con confusión. Diablos, más estúpidos no pueden llegar a ser.— Asiento. —Bufó el profesor con fastidio, y allí fué cuando todos obedecieron. Éste me lanzó una sonrisa fugaz, muy bonita por cierto.— Me presentaré en español. —Habló para todo el aula— Mi nombre es Damien Richards y tengo veintidós años. —Muchas de las chicas suspiraron, a excepción de mí y bueno.. ¿Mis amigas?— Seré su profesor de francés y música, debido a que el anterior, a sido despedido.
¿Qué qué?, ¿El profesor Jordan fué despedido?, ¿Cuándo, por qué?.

La clase de francés transcurrió aburrida, al igual que las otras, nada era divertido sin las estupideces de Jay. Lo único que quería era hablarle, pero no.. no podía.. no era capaz.
—¿Supiste que expulsaron a Summer y despidieron al profesor Jordan por tener sexo en su oficina? —Comentó una chica a mis espaldas.
—Sí, todo es verdadero.
—Finalmente se fué la zo*rra de Summer, un día más y le arrancaba los cabellos rubios. —Rió.
—Sí —La segunda chica la acompañó en su acto.
¿Summer Roberts expulsada por tener sexo con el profesor Jordan en su propia oficina?, ¡Wow!, las cosas que ocurren de un día a otro.
—Cuidado, allí vienen. —Oí por última vez a una de las chicas.
Me volteé y solo ví que pasaban April, Jay, Carlos, Logan y James. Pero sus rostros no eran los habituales, habían cambiado y más notorio era el cambio de April y Jay que, al pasar por mi lado, quitaron la mirada de enfrente para dirigirmela a mí, tristes. Aún puedo recordar aquel horrible día que no quería guardarlo en mi memoria, dos días después de la fiesta de Christian.

Flashback.

—¡______! —Me llamó Jay con ánimos.
—¿Qué diablos quieres? —Le contesté de mala gana, me encontraba muy afectada por lo ocurrido hace dos días.
—Que genio. —Se burló— ¿Has visto a Logan? —Sonrió.
—¿Debería responder? —Cerré de golpe mi casillero y me observó extrañada.
—¿Qué te ocurre _____?.
—Nada. —Contesté fría y cortante— Solo.. no me hables, nadie.. no quiero que nadie me hable.
—¿Por qué?
—¡Joder Jay! ¡Basta de preguntas y metete en tus asuntos! —Grité enfadada.
—Si eso.. si eso es lo que quieres.. —Dijo triste retirándose de allí.

A la hora de salida me topé con Jay y April hablando con ánimo, que al verme, se esfumó como si magia se tratase. Solo las ignoré y seguí mi paso, no había hablado con nadie en el día y no lo haría.

Fin flashback.

No asistí a Black durante una semana, no tenía las fuerzas suficientes como para dar un pie dentro de este horroroso instituto.
—Cuidado, están todos juntos. —Musitó un chico moreno— Podrían cometer un asesinato aquí mismo.
—Disculpa. —Me acerqué a él para hablar, por primera vez en semanas— ¿De qué hablas?
—De James y su pandilla.
—¿Qué?
—Maslow, Henderson, Pena, Edwards y Duncan. Son peligrosos, no me acercaría a ellos si fuera tú. —Advirtió.
—¿Podrías informarme más? —Pedí.
—Claro. —Comenzó a susurrar— Hace unos días Maslow, Henderson y Pena se volvieron más callados de lo usual y ahora con solo una mirada, mataban. Edwards y Duncan, no muy conocidas en el recinto, se les unieron hace exactamente, una semana. Son los reyes de un pub donde hay delincuentes y ese tipo de personas. —Hizo una pausa— Se acercan, adiós.
—A..Adiós. —Saludé con mi mano, ¿Reyes de un pub donde hay delincuentes y ese tipo de personas?, ¿Qué diablos había ocurrido en ésta última semana?.

No me asustas Maslow!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora