capitulo 2

106 7 2
                                    

Eran las seis de la tarde y habíamos quedado a las ocho para dar una vuelta y luego cenar en la pizzería de siempre antes de ir a casa de Nere. Así que me pongo a preparar la mochila con los libros para el día siguiente y las cosas para dormir, y cuando termino voy a sacar a Toronto un rato al parque del barrio, no puedo parar de pensar en si estará esta noche Ismael, y porque me interesa tanto.. No puedo dejar de darle vueltas, decido ponerme los cascos y concentrarme en la musica. Cuando Toronto ha hecho sus cosas vuelvo a casa y tengo el tiempo justo para mirar el correo, revisar la mochila y salir.
-Ale y su puntualidad- Dice Sofía cuando llego, como siempre tarde.
-Es que el bus no llegaba-Respondo sonriendo.
-Como siempre-Termina Nere y todas reímos.
Pasamos una hora mirando tiendas, algo que odio, no me gusta ir de tiendas, media hora hasta que escogemos ropa, una enorme fila para los probadores y luego si te gusta y lo quieres comprar una fila el doble de grande para pagar, ¡lo odio! Pero a ellas les gusta, y al final siempre las acompaño. Las cuatro nos compramos algo de ropa y por fin vamos a cenar.
Cada una se pide su pizza favorita, y un refresco.
-Bueno que os parecen los chicos de clase-Dice Pat
Soltó la bomba... Un tema de conversación que no me hubiera molestado si Isma y Nerea no fueran hermanos.
-Yo no me he fijado- Digo para librarme la primera.
-pues yo si, no me digáis que no os habéis fijado en Sergio-Continua ella
Y la conversación dura toda la cena, pero afortunadamente a Ismael no lo nombra nadie.
-Bueno, chicas vamos a mi casa ya, que si no se acabaran los buses-Dice nerea.
Y yo me voy poniendo cada vez más nerviosa.

Cuando llegamos a casa de Nerea me empiezo a auto-convencer de que no hay ninguna razón para estar nerviosa, estaremos en el dormitorio cotilleando, escuchando música, o viendo alguna peli, no tengo por que verlo.
Estaba en lo cierto pasamos la noche viendo nuestra serie favorita, Pequeñas Mentirosas, y cuando se hizo tarde nos echamos a dormir.
Me despierto, miro el reloj son las siete menos cuarto, pero no puedo dormir más y tampoco quiero despertar a mis amigas, así que cojo mi libro favorito y bajo al jardín a leer un rato.
-¿No tienes frió?- Dice una voz que me sobresalta, y más cuando me doy la vuelta y veo que es Ismael. Y yo en pijama, no podía ser peor.
-Un poco, pero mis cosas están arriba y no quiero despertar a nadie-Contesto.
Él vuelve al salón y coge algo de encima del sofá
-Toma es mía y te irá grande, pero no tendrás frió- Dice mientras me tiende su chaqueta.
-Gracias- Respondo, y por como me arde la cara debo estar muy roja.
-¿Que lees?- Pregunta él
-Bajo la misma estrella- Respondo.
- ¿Es triste la historia?- Continua y realmente parece que le importa.
- Un poco ¿por?- Contesto.
-Cuando he llegado, estabas casi llorando- responde y yo me avergüenzo aun más.
-Si, es una historia muy bonita con un final que me enamoró, pero lo he leído demasiadas veces, ya no me emociono tanto como para llorar por el final, lloro porque estoy acabando el libro, y es como acabar un viaje, o como despertar de un sueño en la parte más interesante- Respondo y bajo la cabeza.
-No bajes la cabeza, lo que has dicho es bueno muy bueno, se nota que lees mucho - Dice Ismael.
En ese momento baja Nerea y yo siento que han cerrado mi libro de golpe, y no se si he puesto marcapáginas.

El poder de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora