🎸Capítulo Seis

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Disappointment – Sarcastic Sounds

MITCHEL

El silencio reinaba la casa.

Me dediqué a girar el celular sobre mi estómago mientras miraba el techo, la discusión que había tenido anoche con Susan me tenía de los nervios y logró que mi dolor de cabeza se prolongara y necesitaba conseguir algo antes de volverme loco. Los cigarrillos eran como querer tapar el sol con un dedo. Imposible. ¿Se suponía que todos los días serían así? ¿Un maldito bucle sin fin? ¿En qué estaban pensando cuando creyeron que esto era una buena idea? No sabía cómo la gente de este lugar no se habían pegado un tiro del aburrimiento. La única razón por la que me levantaría un sábado tan temprano, medio día para ser exacto, sería por el rugir de mi estómago. Mis pies se deslizaron perezosamente por la casa hasta llegar al frigorífico y, cuando me toco abrir la puerta, no encontré nada que se me antojara. Frustrado cerré la puerta y me percaté por primera vez de la nota adhesiva que estaba pegada en el centro:

Tuvimos que salir a la ciudad. Si tienes hambre, puedes tomar las llaves del otro carro para ir a comprar algo.

Ni una semana llevaba en este lugar y ya empezaban a dejarme solo en casa. ¿Por qué eso no me sorprendía? Era una contradicción en todas las letras de la palabra. Un sentimiento de querer estar solo, pero sentir esa extraña necesidad tener a alguien para sostenerte. Susan gritaba a los cuatro vientos todo lo que me había ayudado recogiendo los desastres que dejaba atrás. ¿Y cuándo llegaría el día en que se quedara a mi lado? Dejando de lado el ámbito profesional la consideraba una buena amiga y muy en el fondo no quería que hiciera lo de siempre. Marcharse. Esa mañana no fue la excepción, solo que esa vez las cosas acabaron diferentes y termine con un boleto de avión en mis manos.

Hay un día en específico al que podría culpar de que mis padres tomarán la decisión de distanciarse de mí. Me intentaba convencer de que no querían ver la forma en que me auto destruía, y no porque era como si ya estuviera muerto para ellos. Más de una vez pensé en dejar de mandarles los cheques mensuales para ver si de esa forma lograba llamar su atención y fuesen a verme a mi departamento.

A veces era demasiado ingenuo que olvidaba que las cosas ya no funcionaban de esa forma, cuando eres adulto los demás esperan que puedas hacer todo tu solo y que no necesitas la ayuda de nadie. ¿No era esa la razón por la que de pequeños teníamos el ferviente deseo de crecer? La idea de que nos trataran como si no pudiésemos hacer nada nos hacía sentir inútiles. Creo que unos de los errores más grandes que podemos cometer es anhelar ser adultos.

Subí a la habitación para darme una ducha y buscar algo que ponerme de las maletas que seguía sin desempacar. Descolgué las llaves antes de salir por la puerta y darme cuenta de que me habían dejado la pick up azul vieja. Al parecer no les importaba que me quedara varado en medio de algún barrio de mala muerte. Me acerqué con desconfianza para insertar la llave en la cerradura y hacer un ligero movimiento con mi muñeca hacia la izquierda, di una rápida ojeada al interior y no tuve de otra que entrar.

Peter debería vender este trasto y comprarse algo más moderno. Más tarde le diría que soy capaz de ponerle el dinero que falte, pero es peligroso andar con esto por la calle. Giré la manija para bajar la ventanilla con mucho cuidado de no romperla porque a este paso parecía que en cualquier momento todo se desarmaría como en las caricaturas. El viento helado me golpeó en el rostro provocándome un escalofrío por llevar todavía el cabello húmedo debajo del gorro. Saque el celular del bolsillo de mi sudadera y busque un lugar decente al que pudiera ir a comer. No había muchas opciones, así que al final me decidí por el que mejor pinta tenía: Pann's Restaurant.

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