Capítulo 1

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30 de Junio de 2014. Nueva York

Eran las 9 de la mañana. Gale Dumm y su novia Jessica Velasco se despertaron tras una noche corta. A las 10 tenían que estar en el rodaje de "The Luckiest", una película en la que ambos participaban. Eran actores hace años, y esta era la primera vez que trabajaban juntos.

Jess miró a su novio: estaba en buena forma, le encantaba su pelo rizado castaño, pero sobretodo le obsesionaban sus ojos grises claros, que en ocasiones casi parecían blancos.

Llamaron a la puerta, y Jess dejó de mirar a Gale.

-¡Servicio de habitaciones! ¿Puedo pasar?- preguntó una voz femenina al otro lado de la puerta.

-¡Un minuto, por favor! -gritó Jess mientras se ponía unos vaqueros. Después abrió la puerta, aún descalza. Ante ella, se encontró a una mujer de unos 40 años, bajita y regordeta de amplios ojos y cabello corto color rubio platino. Debe ser tintado, pensó Jess.

-¡Usted es... Jessica Velasco! -dijo la señora del servicio del hotel, bastante sorprendida. Jess sonrió, le encantaba encontrarse con admiradores -Lo siento mucho por usted, debe sentirse fatal...

Jess la miró, desconcertada.

-¿Qué quiere decir?

En ese momento, Gale apareció por detrás de Jess y la agarró de la cintura. Entonces, la señora frunció los labios. 

-Señorita Velasco, creo que debería mirar los periódicos de hoy o... bueno, solo con mirar las redes sociales lo encontrará. Está en todas partes...

-¿El qué...?-empezó a preguntar Jess, pero la limpiadora la interrumpió.

-Mírelo, por favor. Buenos... días -le dirigió una mirada fría como el hielo a Gale y desapareció por el pasillo, arrastrando su carrito con ella.

Gale y Jess se miraron, incrédulos.

-Esa mujer se ha ido sin limpiar -dijo Gale-, deberíamos quejarnos.

-No. No hasta que... hasta que vea qué ha pasado.

Gale notó pánico en la voz de la chica y se ofreció a acompañarla.

-No, no es necesario. De verdad -ella le ofreció la mejor de sus sonrisas, pero no le llegó a los ojos.

-Está bien... -Gale le dió un beso en la frente y cerró la habitación de la suite.

En el pasillo, Jess vió a una pareja de unos 30 años hablando en Francés. Ella no sabía el idioma, pero por la forma en la que la miraban y la palabra "pauvre" (muy parecida a "pobre" en Castellano, su lengua paterna) supo que tenía algo que ver con la noticia de la que la mujer del servicio la advirtió. 

Eso no hizo nada más que avivar su preocupación.

The LuckiestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora