Capitulo 15

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No hablé contigo.
Me limité a estar tumbado en la cama, en aquella habitación sencilla de madera, y a mirar las paredes. Se me había secado la voz, había desaparecido, y no sabía cómo recuperarla. Olvidé hacer las muescas en la cama, intenté olvidarlo todo.

A veces te sentabas a mi lado; otras intentabas hablar conmigo, tener una conversación, pero yo ni siquiera te miraba. Me llevaba las rodillas al pecho y sujetaba bien fuerte con las manos.
Entonces recordé.
Empecé con el despertar, la sensación de tener el edredón gordo de plumas alrededor de los hombros y el suave roce del pijama de franela contra la piel. Si me concentraba, prácticamente podía escuchar el zumbido y el borboteo que se oía en la cocina mientras mi madre se preparaba el café. Olí el amargor intenso de los granos hirviendo en el fogón, el aroma que solía flotar a través de las grietas de las puertas para llegar hasta mi cama. El golpeteo de la calefacción al ponerse la caldera en marcha.

Entonces se levantaba mi padre y llamaba a mi puerta. Durante el desayuno siempre me daba una de sus charlas sobre sacar buenas notas y sobre qué universidades debía empezar a mirar durante el verano. Cerré los ojos e intenté verle la cara. Al darme cuenta de que no era capaz, me sobresalté. ¿De qué forma eran sus gafas exactamente? ¿De qué color era su corbata favorita?
Después lo intenté con mi madre, pero incluso ella me resultaba difícil de imaginar. Recordaba el vestido rojo que le gustaba ponerse para las inauguraciones de galerías, pero no su rostro. Sabía que tenía los ojos exactamente igual como los míos, y que sus rasgos eran delicados... pero por algún motivo no conseguía componer todas aquellas piezas.

Esa especie de amnesia me asustó y me hizo odiarme a mí mismo. Sentí que no era digno de ser hijo de nadie.
Sin embargo, sí me acordaba de Chaerin. Y de SeungRi, incluso Tae . Pasé horas pensando en él, imaginando que estaba allí conmigo, mis dedos enredados en su melena lacia y aclarada por el sol. Cuando cerraba los ojos, lo tenía a mi lado en la cama, vigilándome.
Estaba pasando el verano haciendo surf en Cornualles y Chae había ido con él. Aquel verano fue el primero que ella y yo pasábamos separados. Me pregunté qué estarían haciendo en el hostal de la playa, sentados en la arena todos los días... Su arena debía de ser muy diferente de la mía, muchísimo más suave. Me pregunté si sabrían siquiera que estaba desaparecido.

Cuando volví a abrir los ojos, estabas a mi lado, mordisqueándote los pellejos de las uñas. Un momento más tarde te diste cuenta de que te estaba mirando.

-¿Cómo te encuentras?
No pude responder. Me sentía como si el cuerpo se me hubiese convertido en piedra. Si movía los labios, me iba a resquebrajar.

-Puedo prepararte algo de comida. ¿Quieres beber algo?

Ni siquiera parpadeé. Pensaba que si me quedaba inmóvil el tiempo suficiente, acabarías marchándote.

-A lo mejor... Quizá deberíamos cambiar las sábanas, ¿no crees?
Te volviste un poco hacia mí. Tendiste la mano y me tocaste la frente con el dorso de los dedos, pero casi no me di ni cuenta. En aquel momento estabas a millones de kilómetros de distancia; existías en un universo paralelo, en una especie de sueño. Yo estaba de nuevo en casa, en mi propia cama... En cualquier momento me despertaría y me prepararía para ir al instituto. Era SeungRi el que estaba sentado a mi lado, no tú. No podías ser tú. Te recostaste en la silla, observándome.

-Echo de menos tus palabras -dijiste.
Tragué saliva, tenía la garganta tan seca que me dolió. Me miraste, posaste la vista en mis labios.

-Yo ya sé cómo va esto -dijiste-. Un día yo también me quedé callado. -Encontraste un pedazo de piel áspera a un lado del índice y lo moviste atrás y adelante con el pulgar-. Había gente que creía que nunca había aprendido a hablar, como si fuera... ¿Cómo se dice? Mudo. Algunos creían que también era sordo. -Te mordiste el pellejo del dedo-. Fue justo después de encontrar este sitio.
Hice un gesto involuntario con la ceja y te diste cuenta.

CARTAS A MI SECUESTRADOR (GTOP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora