Capítulo 29

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-PIPIPIPIPIPI–

-puto despertador– pienso apagándolo.

Estamos a lunes, lunes 21, quedan exactamente cuatro días para mi cumpleaños, si cae en sábado, en sábado, ¿cuanto tiempo llevo esperando a eso?, a saber, aun recuerdo, cuando me quejaba y cabreaba con mis padres por tener que ir a clase el día de mi cumpleaños.

Y este año, por fin, cae en sábado, querido sábado. Debería de estar muy contenta, es lo lógico, va a llegar el día q mas me gusta del año, a parte de Navidad, y además tengo todo el día para celebrarlo y pasarlo bien.

Pero no es así, en mi cuerpo no hay ni una pizca pequeña de alegría.

Y no, no es por mis padres, que si que es una putada que tus padres no estén, y mas el día de tu cumpleaños, pero para mí, eso no es nuevo. Mis padres nunca han podido estar en mi cumpleaños por que siempre estaban trabajando y me enviaban a algún campamento o algo, así que nunca he pasado mi cumpleaños con mis padres.

Danisú tiene la culpa, ¿que raro no?

*Flashback*

Estamos sentados en la mesa del comedor, los cuatro cada uno sumido en sus pensamientos.

Tenemos lasaña, mi comida favorita, pero yo no hago mas que pinchar un trozo girarlo, observarlo y quitarlo del tenedor, mecánicamente, no he probado bocado, en otras circunstancias ya me habría terminado el plato y estaría repitiendo, pero no, es que desde poco antes que me dieran aquellos mareos prácticamente no como, siempre que tengo oportunidad lo tiro sin que nadie se entere, es mi pequeño secreto.

Noto como mi bolsillo comienza a vibrar, repetidas veces, me saco el móvil y me levantó saliendo del comedor para cojer la llamada.

En la pantalla pone Jesusito y un corazón, no puedo descolgarlo, ¿que querrá?, sin pensarlo le doy al botón de cogerlo casi involuntariamente.

-Si?– digo pareciendo muy segura, aunque por dentro este muy nerviosa.

-Hola Inés – dice cabizbajo– ¿que tal todo por ahí?

-B-bien– digo tartamudeando, bloqueada.

-Me alegro– dice, dios que conversación mas incómoda.

-¿Que querías?–digo sentándome en el suelo apoyada en la pared.

-N-nada saber que tal todo.

-Pues ya lo sabes– digo borde, pensando que no se ha preocupado por mi en todo este tiempo.

-Novamosapoderireldíadetucumpleaños – suelta, muy rápido, haciendo que yo no entienda nada.

-¿Que?

-Que no vamos a poder ir el día de tu cumpleaños– dice cabizbajo.

Un gran nudo se forma en mi garganta, mientras mis ojos se llenan de lágrimas.

Pasan unos segundos, y yo no articulo palabra.

-¿Inés?¿sigues ahí? – dice al no oír nada por mi parte.

-S...si...– digo, sorbiendo los mocos.

-No llores mi niña– dice apenado– lo siento es que..... – termina diciendo, pero no escucho nada mas, porque el timbre que da por finalizada la hora de comer comienza a sonar justo encima de mi cabeza.

-Bueno me tengo que ir adiós.

-Pe....–es lo único que le da tiempo a decir antes de que yo cuelgue.

Me siento en el frío suelo agarrando me las rodillas con las manos, con la espalda apoyada en la pared, llorando silenciosamente y allí me quedo por unos minutos, veo como la gente anda hacia sus respectivas clases, charlando y riendo.

Cojo el móvil, que llevo en el bolsillo de mi sudadera gris, desbloqueando lo.

Tengo un montón de whatsapps, de grupos, amigas de Madrid, de Rebeca, de Víctor y entre ellos de un grupo que tenemos María, Víctor, Jorge, Jesús, Dani, Rebeca y yo, los siete; no quiero saber nada de nadie, así que salgo de Whatsapp, y cuando estoy a punto de bloquear el móvil.

Un oportuno tweet salta, quedando como notificación en la barra de inicio.

Bejo la barra con curiosidad, deslizando el dedo índice por la pantalla, puedo ver el nombre del usuario de Jesús, y un tweet, con una foto adjunta.

Dudo durante unos segundos, entre darle y bloquear el móvil, y al final, le doy.

Es un tweet que pone, por mas tardes asi y una foto adjunta de Jesús, dándole un beso en la mejilla a una chica rubia, de ojos marrones, alta y delgada, guapísima.

En ese instante toda la tristeza que sentía se convierte en ira y rabia.

Ya se porque no puede venir, está demasiado ocupado con la guarra esa, y decía que no tenían ni un minuto, mientras se esta pasando las tardes con esa.

Gilipollas, mentiroso, puto, falso, todos son iguales, nunca aprenderé– pienso llena de rabia, y aun continuo pensando todo tipo de insultos hacia él.

Pego un pisotón, indignada y decepcionada, ya no hay nadie, estoy sola en el largo pasillo.

Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas, que me esfuerzo por retener, no voy a volver a perder mi dignidad de esta forma por nadie, me lo prometí.

Pensando en ello me levantó, mientras me limpio las lágrimas con la manga  de mi sudadera.

Me apoyo durante unos segundos en la pared, para después andar hacia mi clase, como si nada hubiera pasado, aun muy dolida, pero ocultándolo.

*Fin del Flashback*

Nueva Vida Junto A Ellos (Gemelier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora