19. [Soy suyo.]

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¡ATENCIÓN!

Este capítulo puede ser un poco violento –para mí, escribirlo lo fue ahr– por lo que si no se sienten cómod@s dejen de leer, por favor.

¡ATENCIÓN x2!

Necesito que LEAN la nota al último porque es de suma importancia, ahora disfruten.

Harry:

La ira fluía por mi cerebro a raudales impresionantes, mis puños se cerraron y mi ceño se frunció. Caminé, golpeando estruendosamente mis botas contras las baldosas y me acerqué a los dos chicos enfrente de mí. Tomé a Brad por el cuello de su camisa y lo tiré lejos de Louis, el aludido se golpeó fuerte contra otra encimera dispuesta en la mitad de la cocina y cerró fuerte los ojos tratando de recuperarse. Por otro lado estaba él. Sus ojos abiertos, muy abiertos y casi temblando; asustado.

— ¿Qué te sucede, imbécil? –habló casi gritando. Yo lo fulminé con la mirada, mi mandíbula tensándose, mis pies acercándome a su estructura. Lo tomé por el cuello de la camisa y lo acerqué a mi cara.

—¿Qué me sucede? –susurré entre dientes. – ¿Que qué me sucede? –prácticamente grité en su oído.

Se encogió de hombros.—Sí, hombre. ¿Qué te sucede? Acá sólo nos estábamos besando con Louis.–respondió mirando con cara de boludo enamorado al chico a mis espaldas. Lo estampé contra la encimera de nuevo.

—Bueno, eso es lo que me sucede.–dije golpeando sus partes íntimas con mi rodilla causando que se retorciera de dolor. – ¿Quién crees que te dio el puto derecho de tocarlo?

—Y-yo…–trató de formular una respuesta a través del dolor pero no pudo llegar a terminar la frase porque un golpe directo a su mandíbula ya había sido lanzado.

— ¿O siquiera besarlo? –hice una pausa, tomando aire de forma pesada. Cerré mis ojos tratando de no matarlo aquí y ahora. – ¿Vos qué, pelotudo? –me acerqué a su oído.– Aléjate de él.–susurré despacio. Su cara cambió de dolor y miedo a indignación y confusión.

— ¿Qué? –lo volví a golpear contra la encimera.

— ¿Acaso eres sordo, marica? –mis dientes rechinaron de tanto que los estaba apretando.

— ¿Por qué debería alejarme de él sólo porque vos, –me pegó en el pecho.– lo decís?

—Porque él es mío.–grité golpeándolo en la cara y luego de vuelta en sus partes privadas. Mi respiración se aceleró más, si es que podía estar más acelerada de lo que ya estaba. Hubo un momento de silencio en el que lo único que se escuchaba era mi falta de aire y los quejidos de dolor de Brad.

Lou, bebé, ¿podrías intervenir por favor y decirle que deje de golpearme y decir estupideces? –dijo entre sollozos mirando al bonito chico de ojos azules a mi espalda. Hice una mueca ante el apodo, ¿desde cuándo esto estaba pasando y yo como un tarado sin saberlo? Tal vez Louis no estaba utilizando a los dos; sólo un juego para satisfacer las necesidades de su polla. Mi corazón se encogió un poco y las lágrimas asomaron con salir pero antes de que ellas pudieran siquiera hacerlo, su voz cortó el silencio de la habitación. Me di media vuelta y vi su rostro surcado en lágrimas y sus manos temblando.

—Te lo mereces, maricón.–dijo Louis casi escupiendo, su rostro se volvió serio.– Y no son estupideces, Brad.–hizo una pausa, y entonces me miró. Me miró a mí y clavó sus orbes azules rasgando todo lo que quedaba de mi corazón.– N-no son estupideces p-porque…

☠ Pelea de Egos » Larry Stylinson ☠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora