9.La venganza de Cloe

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Narra Harry:

Ron, en unas circunstancias se había puesto celoso cada vez que tenía que tomar un atajo para esquivar a mis admiradoras. Sin embargo, a pesar de que prefería mil veces a ese nuevo Ron, risueño y bromista, antes que al malhumorado y agresivo compañero que había soportado las últimas semanas, no todo eran ventajas. En primer lugar, tenía que aguantar con frecuencia la presencia de Lavender Brown, quien opinaba que cualquier momento que no estuviera besándose con Ron era tiempo desperdiciado; y además, Hermione y yo nos hallábamos en la difícil situación de ser los mejores amigos de dos personas que no parecían dispuestas a volver a dirigirse la palabra.

Ron, que todavía tenía arañazos y cortes en las manos y los antebrazos provocados por los belicosos canarios de Cloe, adoptaba una postura defensiva y resentida.

Ron:No tiene derecho a quejarse, porque ella se besaba con Draco. Y ahora se ha enterado de que alguien quiere besarse conmigo. Pues mira, éste es un país libre. Yo no he hecho nada malo.

Yo:Yo que sepa, Cloe nunca se ha besado con Draco.

Ron:Como sea-bufó y se cruzó de brazos, molesto. Sacó algo de su cuello y lo miró por un buen rato, parecía la mitad de un corazón o algo así.

Yo:¿Qué tienes ahí?-me acerqué para ver que era eso, pero rápidamente lo devolvió a su sitio.

Ron:Nada.

***

Cloe se negaba a sentarse en la sala común si Ron estaba allí, de modo que yo me reunía con ella en la biblioteca y otras veces Hermione lo hacía, y eso significaba que teníamos que hablar en voz baja.

Cloe:Tiene total libertad para besarse con quien quiera-afirmó Cloe mientras la bibliotecaria, la señora Pince, se paseaba entre las estanterías-. Me importa una mierda, de verdad.

Dicho esto, levantó la pluma y puso el punto sobre una «i», pero con tanta rabia que perforó la hoja de su libro "real", lo llamaba así porque era propiedad del PRÍNCIPE Mestizo. No dije nada.

Cloe:¡Ah, por cierto, ve con cuidado!-dijo para romper el incómodo silencio.

Yo:¿Por qué?

Cloe:Antes de venir aquí hablé con Hermione, me dijo que pasó por el cuarto de baño de las chicas, y allí se había encontrado con casi una docena de alumnas (entre ellas Romilda Vane) intentando decidir cómo hacerte beber un filtro de amor. Todas pretenden que las lleves a la fiesta de Slughorn, y sospecho que han comprado filtros de amor en la tienda de Fred y George.

Hice un gesto de asco, luego de conversar un rato con Cloe, nos fuimos a la sala común.

Romilda:¡Hola, Harry!-me saludó Romilda Vane apenas entramos por el hueco en la sala común-. ¿Te apetece una tacita de alelí?

Cloe me lanzó una mirada de «¿acaso no te lo advertí?».

Yo:No, gracias. No me gusta mucho.

Romilda:Bueno, pues toma esto-replicó Romilda, y me puso una caja en las manos-. Son calderos de chocolate, rellenos de whisky de fuego. Me los envió mi abuela, pero a mí no me gustan.

Yo:Vale, muchas gracias Hum... Voy allí con...

Eché a andar detrás de Cloe sin terminar la frase, de la nada apareció Hermione, impidiendonos el paso.

Hermione:Cloe, no des ni un paso más.

Cloe:¿Por qué?-preguntó tratando de ver encima del hombro de Herrmione.

Hermione:Emm...-me miró, suplicándome que hiciera algo. Sabía lo que íbamos a ver si pasábamos a Hermione, sería mejor esperar a que se fueran.

La hermana de Harry Potter 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora