Capítulo 83.- Una porrista menos

Start from the beginning
                                    

- ¡CHAERYEONG! VAS AL FONDO DEL GRUPO. POR TU POSICIÓN DEBERIAS ESTAR ENCABEZANDOLO – desde lejos podía leer los labios de su hija murmurando algo.

- Parece que alguien no tuvo sexo con la morena caliente anoche – Marisa había llegado trotando cerca de las mellizas para hacer ese comentario.

Lejos de ofenderse las mellizas se miraron y se echaron a reír - ¿Las viste desde tu cuarto? – le preguntó Ryujin a su hermana ignorando a la malvada porrista

- Para no verlas – respondió el pececito – No se cual de las dos estaba agarrada de la palanca de las luces de cambio y cada dos por tres las luces se reflejaban en mi ventana – Al parecer Mina y Chaeyoung habían tenido sexo automovilístico. Ambas habitaciones de las mellizas daban a la puerta de casa.

- ¿Sentiste el bocinazo? Porque yo fue lo último que escuche... me imagino que allí deben haber...

- ¡RYUJIN! Por más que parezca que estoy bien, no quiero saber cuando tienen un orgasmo mis madres por favor – la retó Heejin

- Como si tu y Jaemin no lo hicieran en nuestro auto – ya había contado que las mellizas compartían vehículo

- Cómo si tu y Lia no lo hicieran en nuestro auto – se defendió Heejin –Creo que ya he encontrado más de tres sujetadores de ella tirados por allí – contó riendo ante la cara roja de su hermana.

- MARISA ¿POR QUE DEMONIOS HAS PARADO DE CORRER? – la voz de Mina se volvía a sentir – ME DEBES TRES VUELTAS MAS AL MENOS.... YUNA ¿ESTAS ANOTANDO? – Yuna giraba los ojos. No podía esperar por llegar a su casa a hablar con su madre, Chaeyoung iba a saber detener a la entrenadora.


Mientras tanto en casa Son Myoui

La casa hubiera estado en completo silencio si no fuera por las pequeñas risitas de Rose que se fugaban por cada rincón. No era una risa fuerte, al contrario era suave y casi rasposa como la voz de su mujer, pero Chaeyoung nunca se iba a cansar de escucharla. De todas las mujeres de su vida, Rose era la que tenía la risa más parecida a la de Mina, casi iguales y eso a Chaeyoung le encantaba.

Al contrario de su hija, la risa de Olivia siempre fue algo que resaltaba en ella. La risa del cangurin podía hacer que cualquiera le prestara atención, la risa de su hija mayor era capaz de derretir paredes e inclusive era el arma mortal que Olivia tenía contra la bestia.

El problema le llegaba a la morena a la hora de distinguir la risa de sus mellizas, porque si bien Heejin y Ryujin eran bastante diferentes, ese sonido era casi idéntico. Y digo casi, porque solo Mina, la mujer que las tuvo en su panza por nueves meses podía distinguirlas. Chaeyoung no sabía como la rubia lo hacía, simplemente bastaba que su esposa escuchara y las sabia diferenciar con exactitud. Muchas noches, cuando la morena y su esposa se quedaban fuera de hora mirando una película o haciendo otras cosillas más interesantes en el sillón, se podía sentir una risa larga, bien finita, muy similar a un chillido, que Chaeyoung sabía que venía del pececito o del perezocito. "¿Cuál de las dos es? Es la pregunta que la deportista le hace a su esposa para que identifique el origen del sonido. Y es la sonrisa posterior que Mina hace la que enloquece a Chaeyoung y por eso Chaeyoung ama no poder identificar las risas de sus mellizas, solo por el placer de poder hacerle esa pregunta a su mujer.

Normalmente, si uno no conoce a Chaeryeong, espera que salga de ella una risa estruendosa, desinhibida y sin freno, pero la realidad es que no es así. La risa de Chaeryeong es totalmente opuesta a su personalidad, es tímida casi no se siente y no dura mucho tampoco. Pero lo que a Chaeyoung le fascina de la risa del lechucín es que la siente todo el tiempo, no suele pasar mucho tiempo entre risa y risa y lo mejor de todo es que la risa de Chaeryeong se acopla a las demás, la niña nunca deja que nadie se ría solo, ella siempre acompaña a la risa de los demás.

[ MICHAENG ]Cuando, donde y como el amor quiera | adaptaciónWhere stories live. Discover now