Desde el comienzo

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Llegar a casa de ChenLe fue la parte sencilla de todo el conflicto, los causantes de la tensión que se percibió fuera del instituto se sintieron tranquilos de camino allá. No hubo malas miradas, no hubo regaños ni un solo comentario mordaz y al menos DoYoung puede decir que eso es mucho decir ya que, aunque su novio le preguntó varias cosas en el auto con sus ojos achinados todas sus preguntas tenían que ver con qué partes del cuerpo le dolían y quiénes eran los dos chicos en la parte trasera del coche, puede admitir que incluso se sintió aliviado mientras iban a casa de ChenLe y DongHyuck no despegaba sus ojos de su rostro haciendo preguntas cada vez más suaves.

Pero ya no estaban en los automóviles y ciertamente los cinco chicos envidiaban la tranquilidad que SungChan y Shotaro irradiaban mientras ChenLe les hacía pasar con una sonrisa que aunque no llegaba a sus ojos era mucho mejor que lo que ellos pudieron recibir tanto del mismo como de los cuatro restantes, quienes sin necesidad de palabras los hicieron sentarse todos juntos en el sofá, JeNo al ser el primero en entrar aprovechó de tomar el sillón individual que estaba vacío mientras ellos cuatro tuvieron que acomodarse con esfuerzo en el sofá. Pudieron sentarse en el otro sillón pero al ver a ChenLe señalarle a los dos chicos desconocidos que podían sentarse supieron que era imposible. No querían hacer todo peor por lo que guardaron silencio observando a sus parejas y amigos.

XiaoJun, quien había estado en todo la revuelta, era quién más enojado parecía junto a Mark, con la diferencia de que el chino tenía los ojitos y la nariz roja de haber llorado del coraje que le producía pensar en cómo todos sus amigos literalmente pasaron de él como si no estuviese presente. Mark estaba serio, JiSung podía asegurar que muchísimo más que en la mañana y evitaba por completo mirar a Hendery, RenJun no hablaba, no sabían exactamente si estaba enojado o no ya que no pronunciaba palabra, DongHyuck apenas entraron les dirigió una mirada que pudo atravesarlos como cuchillos y ChenLe, bueno, ChenLe fingía tranquilidad. O ellos asumían que era tranquilidad fingida ya que, si el menor en realidad estaba tan sereno como parecía no sabían si tomarlo como mala o buena señal.

Los cinco chicos parecían discutir sobre lo que harían y pasaban por completo de ellos mientras estaban esparcidos en la amplia sala de ChenLe, la cual se veía considerablemente más pequeña de lo que era al tener a doce personas y una perrita ocupándola, Laym le ladró a SungChan cuando estuvo a punto de sentarse en el mueble pero cuando Shotaro se inclinó ella olfateó su mano y dejó que le acariciara la cabeza dejando su pose alerta.

—¿Por qué todos los perros que no son Hank me odian?

—Porque Hank te conoce desde que medías 1.65, SungChan –Shotaro sonrió levantándose—. Además de que con ese aspecto asustas a cualquiera –el japonés hizo una mueca por los moretones visibles en su rostro antes de que ambos tomaran asiento. La casa era bonita y muy espaciosa, tal vez corrían con suerte y no eran caníbales.

—Es una casa muy grande, ¿y si lo que hacen es vender órganos en el mercado negro?

SungChan susurró haciendo que asintiera con comprensión, abultó sus labios y se sacó la mochila dejándola a sus pies para apoyar su espalda en el respaldo del sillón.

—Espero que mi sacrificio salve la vida de alguien más en ese caso.

—Quiero pizza en el más allá.

—¿Te piensas que cuando muera voy a ser millonario?

—¿En serio eso es lo que te parece una locura de nuestra conversación?

El brillo divertido apareció en los ojos de SungChan, él a veces solía cuestionarse cómo había tenido la suerte de que su único amigo siguiera todas sus conversaciones sin sentido, se sentía realmente afortunado y a decir verdad siempre que estaba con SungChan apoyaba la teoría de que no se trataba de cantidad sino de calidad.

Los amigos de mi crush. 《JiChen》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora