CAPÍTULO 11: Catwoman vs. Superman

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Era lunes y no había tenido suficiente con mi masturbación matinal.

Desde el encuentro con Andrés que tenía la libido disparada.

Me quitó las bragas en el baño, cuando iba a ponérmelas y no me las devolvió, haciendo que pasara el resto de la cena sin ellas. Se divirtió de lo lindo paseando su pie de nuevo por mi sexo, para hacerme correr de nuevo y que yo ahogara mi orgasmo en cava frío.

Después fui yo quien lo calentó usando la misma técnica y quien lo acompañó a la cocina para ayudarlo con el postre. Acabé haciéndole una paja que lo hizo descargar sobre uno de los muebles de la cocina.

Solo de pensarlo ya hervía de calor, estaba acariciándome mis dedos se deslizaban entre los pliegues mientras pisaba el acelerador. Dios, estaba tan cerca... Se me fue el pie, pisé a fondo y justo vi la sombra de una moto. Di un volantazo provocando que el motorista que acababa de adelantarme, casi saltara por los aires.

Con el susto en el cuerpo frené a tiempo. No parecía haber sufrido ningún rasguño.

Salí corriendo del coche para asegurarme de que estaba bien, con el corazón en la garganta y los dedos oliéndome a sexo.

—Perdona, iba pensando en mis cosas y no te vi —susurré agobiada—. ¿Estás bien?

Era una moto de alta cilindrada

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Era una moto de alta cilindrada. El tipo que montaba en ella vestía un tejano oscuro, chupa de cuero y casco integral negro.

Levantó la visera fijándose en mi apuro.

—No pasa nada, tranquilízate, un despiste lo puede tener cualquiera. No me he caído, ni hemos chocado. Nadie tiene que lamentar nada.

Tenía unos bonitos ojos azules que se me hacían familiares.

—¿Seguro? ¿Necesitas que te vea un médico o algo? —Se quitó el casco y cuando el rostro masculino alcanzó mis retinas la garganta se me secó. Era una réplica de J. en adulto. Una réplica, muy, muy, muy mejorada. Santo cielo, si parecía que tenía al mismísimo Henry Cavill en frente. Mi expresión descolocada lo hizo sonreír—. Perdona es que... Te juro que si ahora mismo te quitaras la ropa, dijeras que eres Supermán y salieras volando no me extrañaría en absoluto. —Su sonrisa se amplió mostrándome unos dientes sumamente blancos y parejos.

 —Su sonrisa se amplió mostrándome unos dientes sumamente blancos y parejos

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