Jaque Mate [El Juego Final] ©

Capitulo 26: El Tigre Siberiano.

ABIGAIL

- Drewn te luciste esta vez con ese discurso, ¡Y el anuncio! Eso si que fue lo mejor - Comentó un hombre gordo, con un cigarro en sus manos, ya le habían dado varios de esos alagos - Te apoyo al 100 % en este proyecto, jamás creí que se pudiera hacer algo así.

- Como dije no fue fácil - Empezó a contar Drewn - Nada fácil, fue un trabajó de extrema discreción, tuve que hacer muchos aliados, sobornar a personas, ningún criminal encerrado en esas cárceles sabe que muy pronto saldrán y podrán cobrar venganza. Obvio nosotros también podremos hacer lo que queramos, esas personas que un dia nos hicieron daño pagaran con su sangre.

No se que era peor, lo aterrada que estaba Abigail o lo confundida. Estábamos en la Swift de Drewn, el estaba con algunos de sus amigos en una sección de sofas y yo estaba a su lado, tenía una cerveza en la mano pero debo admitir que no he tomado ni una gota por que esas fue una de las reglas que me dio Issac. Me dijo que si podía tomar pero poco, no estoy en condiciones de emborracharme. Drewn ya había dado su discurso y quedé muy sorprendida con todo lo que dijo y quién apareció como su aliado.

D estaba aquí. Fue la primera que lo vimos en unos meses y no esperamos que su llegada fuera así, el nunca nos habló de esto, nisiquiera a Cassandra o a Issac. ¿Era cierto? ¿En verdad estaba aliado con Drewn? Abigail tenía muchas preguntas, pero nadie podía contestarmelas por que seguia siendo la acompañante de Drewn y tenía que seguir siéndolo hasta no se cuando. Quizás hasta la mañana...

- Pero tengo un par de dudas - Comentó otro hombre siguiendo con la conversación, era flaco, se veía como de unos 50 años, estaba juntó a su mujer que parecía mucho mas joven que el - ¿No crees que alguien podría intervenir en el proyectó? - Pregunto - Ya sabes, como los policias o algo mucho mayor... el FBI - Levantó una ceja.

- Esa es la duda que sabía que muchos iban a tener, si alguien nos detendría. Pero les aseguro que eso no pasará.

- ¿Como estas tan seguro?

Antes de que el pudiera contestar la pregunta, todos escuchamos como alguien otro a la Switf.

- ¡Dankworth! - Exclamó Drewn con una sonrisa. El, entró al lugar con completa normalidad y caminó hacia nosotros - Creí que ya no aparecias - Le comentó seguido de una risa.

- Estaba como siempre, arreglando un asunto - Le respondió con tranquilidad como si no fuera la gran cosa. Era D, ay dios, me alegra tanto que este aquí. Al parecer con otro nombre y apellido.

- ¿Asunto? ¿Cual asunto? No me enteré de nada. 

- No te preocupes, era con las personas de la fiesta, ya sabes como son.

No tardé mucho en notar como D me hecho una mirada rápida, el tanto como yo, sabíamos de nuestra presencia, pero yo no podía correr y abrazarlo, se supone que yo solo soy la acompañante de Drewn, se supone que no lo conozco.

Este asintió.

- Tienes razón. Por favor, explícale a mis colegas como haremos para que este proyectó se llevé a cabo perfectamente - Se hecho hacía atras en el sofá, me pegó a el con su brazo, lo cual no me agradó mucho y le dejo completamente la atención a D. Este no se inmutó para nada.

- Tenemos personas infiltradas dentro del FBI de San francisco, National City y por supuesto San Diego - Expresó con serenidad - Drewn dio ordenes de que estudiaran por cuatro años, para que cuando se graduaran, ya fueran miembros oficiales, pero al fin y al cabo son nuestros infiltrados.

- Siempre tan eficaz - Lo alago Drewn y se llevó su cerveza a la boca. D siguió:

- Cuando llegué el 9 de noviembre (un dia antes de que se llevé acabó el proyectó) habrá un ataque "terrorista" en Miami, lanzarán varias bombas a tres edificios, nuestros oficiales/infiltrados se encargarán de recomendar ayudar a la ciudad. De este modo que el equipo del FBI de estas tres ciudades de california, ya no estarán, por que se tendrán que trasladar a Miami, el cierre de las ciudades sera para que no puedan volver a entrar al menos hasta que se cumplan las veinticuatro horas y el proyectó finalice. Con los policías sera fácil, a algunos los sobornamos y a los otros solo los mataremos. Al fin y al cabo son muy pocos para detenernos.