A veces pensamos que los acontecimientos suceden por obra del destino pero en verdad quien decide tomar esa linea por si solo arriesga su mundo ciegamente ignorando el resultado.
Sin saber controlar su tristeza, se encontrará con alguien que tal vez...
Levantó la vista a Soobin, describiendo que él sonreía tiernamente para negar sus palabras.
-Es una linda forma de verlo, no lo creí de esa manera.-Se cruzó de brazos perdiéndose en el horizonte del cielo celeste.
-¿Soobin puedo hacerte una pregunta?-Se detuvo para ver al joven quien la imitó.-¿Como puedes regresar a la normalidad?
Con la guardia baja y pensando una respuesta, Soobin le pidió continuar mientras acomodaba la corona de oro sobre su cabeza.
-Me abstengo a decirte.-Concluyó suspirando. Era más fácil evitar que ella se alejara de él, le comenzaba a gustar su compañía y era la única que tenía. -No deseo que la maldicion se transfiera.
-¿Recuerdas algo de cuando te desmayaste?- Él negó mintiendo, obviamente no le diría la verdad hasta tener respuestas a lo que siente. -Algo me dice que si pero no quieres decirme, pero respeto tu decisión.
Choi sonrió al escuchar que no lo presionaría, ella era muy inteligente y comprensiva. Algunas chicas que quiso anteriormente, eran muy intensas y en parte agresivas; pero Eun Bin no lo era.
-Con el tiempo te lo diré pero también necesito saber porqué llorabas el día que nos conocimos...si no es molestia, cuando puedas decirme.
Un poco avergonzado se adelantó.
-¿A donde vas?
-Ya estamos cerca de tu casa, es mejor que me marche. -Ella extendió su mano intentando tomar la suya pero por obvias razones no pudo. -¿Quieres que me quede?
-Claro, no me molesta para nada tu presencia y no me aburro.
-¿No vas a salir con tu familia?
-Tal vez pero no sera divertido si no vienes. -Dijo evitando su mirada ya que Soobin al escuchar eso empezó a reír molestándola.
-Aww ¡Binnie me quiere cerca suyo!-Se burló.
-Cuidado atrás, vas a caerte.
Muy tarde, el mayor al no ver por donde iba, quedó sembrado en el césped. Eun Bin intentó no reírse cuando sus padres salieron de la casa.
-Hija, entra al auto que iremos al parque Jirisan.-Avisó su madre mientras cargaba a su hermanita. -Tus abuelos vendrán también.
Soobin miró a la chica quien se dirigió a la parte trasera del auto.
-Iras atrás, la próxima vas adelante. -Susurró esperando a que él subiera.
Iba a ser un paseo muy entretenido.
...
-Binnie cargame.-Su hermanita alzó sus brazos esperando a que la mayor la abrazara contra su pecho. -Gracias.
-Esta bien, ¿Disfrutas del viaje?-La menor un poco adormilada asintió. Eun Bin volteó para ver al chico detrás suyo, él sonrió asintiendo.
Soobin se veía mucho más hermoso, la naturaleza le sentaba muy bien haciendo contraste con su apariencia, sin perder la misma pureza similar a la de las flores y árboles que comenzaban a tener un tono naranja por el otoño.
Se le veía entusiasmado mientras caminaba cerca de muchas plantas acariciándolas con delicadeza, como si no quisiera tocarlas.
-Sabes, siempre me han gustado las flores pero solo cuando están sembradas. -Dijo observando las de color morado. Éstas al sentir la presencia del encantado joven, obtuvieron un color más intenso como si fuera magia. -Cuando las cortan pierden fuerza y mueren, es mucho mejor verlas crecer con sus hermosos colores en la naturaleza.
Park era la única que podía escucharlo y esas palabras la hicieron pensar en un tema que no quería tocar.
-Mira Dominic, ¿es muy linda no crees?-Señaló la flor.
-Dile al abuelo que compre semillas, quiero tenerlas.
Soobin al escuchar el tierno pedido de la niña sonrió. Eun Bin repitió el gesto acariciando el cabello de su hermana.
-Tendras todas las flores que quieras y estarán bajo tu cuidado.
-Tu hermana es muy linda, me sorprende como piensa. -Comentó siguiendo por el puente adornado de algunas enredaderas.
Los padres y abuelos de ambas estaban más adelante.
-Al terminar la caminata vamos a comer ¿Que se te antoja?
-De todo, tengo hambre. -Susurró Dominic haciendo reír a ambos jóvenes. Eun Bin miró al más alto para que él dijera también.
-Lo que coman, para mi está bien, no estoy en posición de exigir nada.
Park sonrió mirando al paisaje deteniéndose junto a Choi.
-Mis amigos solo reciben lo mejor que puedo darles... No tengas vergüenza en hacerme saber lo que quieras.
-¿¡Así que soy tu amigo!?...oh perdón.-Apenado por su emoción, sentía como el rojo adornaba sus mejillas haciéndolo ver peor. -Es tonto exagerar por eso ¿no?
Eun Bin negó.
-Mereces ser feliz... Vamos, nos esperan.
Conmovido por sus palabras, la siguió de cerca sonriendo tontamente.
Si verla llorando esa tarde le dio cosquillas en su estómago, escucharla decir eso tan dulcemente le hizo sentir su corazón al borde del colapso.
Así estuvo en silencio mientras llegaban al restaurante, sentándose detrás de Eun Bin quien le pasaba comida discretamente.
En verdad veía interés y no lástima.
Hasta cuando le sonrió por su entusiasmo al haber ido de paseo. Una sonrisa tan honesta que le devolvió aquella esperanza de regresar a un mundo cálido.
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