9 | ¿Hoy si es momento de explicar porqué me dejaste?

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¡Feliz navidad! Este es mi pequeño regalo para vosotros <3

Comenta aquí si echabas de menos a Oliver y Grace

Las actualizaciones se harán cada jueves.

GRACE

El taxi no tarda en estacionarse delante de la empresa.

Al entrar noto cierto ambiente tenso que se esfuma una vez saludo a Sandy, la recepcionista. Su carisma hace que olvide por un momento el lugar donde estoy y a lo que debo enfrentarme.

Una vez dentro del ascensor espero paciente.

Paciencia que se transforma en intriga una vez las puertas se abren. Casi todos los trabajadores, por no decir todos, se encuentran cuchicheando y con la mirada fija en una puerta en concreto: el despacho de Oliver.

Me acerco a una chica que se encuentra cerca del mostrador de recepción.

—¿Qué está pasando? —pregunto, curiosa.

Tarda unos segundos en responder.

—Que no pasa. El señor Oliver está de un humor de perros. Han salido como tres personas después de varios gritos. No sé qué les habrá dicho, pero con que te diga que de esas personas una ha salido llorando lo digo todo —abro la boca sorprendida.

Tiene que ser una broma.

—¿Qué? —sacudo la cabeza—. Seguro que no es para tanto. O sea, vamos, es Oliv... —enarca una ceja y corrijo rápidamente— El señor Oliver no es como aparenta ser.

Esboza una sonrisilla.

—¿Acaso le conoces?

Más de lo que te puedes imaginar.

Me encojo de hombros y vuelve a sonreír.

—Entonces te deseo suerte.

—No creo que la necesite —miento.

—La necesitarás. Créeme que la necesitarás.

Esbozo una sonrisa poco sincera y camino con todas las miradas en mi espalda. Alzo la mano para tocar la puerta pero conociendo a Oliver no creo que se digne en contestar. Es por eso que entro sin llamar.

Una vez dentro, detrás del escritorio de madera, visualizo un Oliver serio y pensativo que no se digna en mirarme. Intento llamar su atención, pero las palabras se atascan en mi garganta.

—¡Que parte de no quiero ver a nadie no se entiende! —el golpe en la mesa no tarda en llegar haciéndome sobresaltar.

Mantente firme. No agaches la cabeza.

Cuento hasta tres antes de hablar.

—¿Ni siquiera a mí? —Oliver levanta la cabeza, sorprendido, pero cualquier emoción que pudiera reflejarse en su rostro desaparece.

La frialdad vuelve a reinar en la calidez de sus ojos.

—A ti mucho menos. ¡Fuera! —grita. Eso ya no funciona.

—No pienso irme —digo sin que me tiemble la voz.

Oliver se levanta de la silla y se acerca a mí a paso firme y seguro. Contengo la respiración cuando la punta de sus zapatos rozan los míos. Ni siquiera con tacones soy lo suficientemente alta.

—¿De dónde has sacado tanta seguridad, Lexington? —levanto la cabeza y le miro—. ¿No te han contado lo que ha pasado?

—Sí, pero me da igual —me encojo de hombros—. ¿Crees que debes pagar tus problemas con...? —me percato que baja la vista a mis labios. Carraspeo para que me mire. Lo hace—. Mis ojos están aquí arriba.

Obligada A Olvidarte © Nueva VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora