Empecemos con 32 razones.

12.

Después de una siesta reponedora. Tomamos un poco de helado, vemos
televisión y nos cambiamos de ropa para ir a una fiesta en la playa.

Los chicos parecían mas tranquilos después de notar que las cosas con Gustavo ya no estaban tensas. Nos pusimos los bikinis y unos vestidos veraniegos.
Para los chicos siempre era simple, ya que usaban su bañador y una camiseta arriba.

El camino a la fiesta estaba adornado por unos faroles que mostraban el recorrido. Había un Dj, muchas personas bailando y otras dentro de la playa. Mientras nos adentrábamos y tratábamos de encontrar donde estaba la barra, notaba que todas las chicas miraban sin disimulo a Gustavo. Al parecer, el ambiente nocturno y de fiesta con poca ropa las hacia más fértiles. Zorras.

- ¡Ahí está la barra! -Dice Lily emocionada.-

La seguimos y pedimos unos tragos.
Lily empieza a bailar sola, mientras Fernando apartaba a los chicos que la miraban con interés. Emily aburrida, toma su mano y empiezan a bailar al mismo tiempo que unas chicas se acercaban a Gustavo.

- Hola guapo.

Gustavo las saluda a penas y toma mi mano, invitándome a bailar.

- Tienes bastante éxito con las mujeres, eh. -Le digo mientras empezamos a bailar.-
- No el que yo espero con una. -Me guiña el ojo y me acerca más a él.-

Estaba utilizando un vestido a croché de color crema, por el cual, cada vez que Gustavo tocaba mi espalda o cintura, tenía directo contacto con mi piel, enviando señales magnéticas a mi cuerpo.
Bailaba bastante bien y siempre nos manteníamos entretenidos. A veces posaba su cabeza en mi cuello y rozaba sus labios en el.
Él podía ser respetuoso y educado, pero a fin de cuentas, tenía una muestra de sobra, de que sabia como seducir a una mujer. Era hombre y menos estupido.

- ¿Que tal si nos metemos al agua? -Le digo al oído mientras el asiente con una sonrisa de lado, maldito hombre sensual.-

Nos dirigimos dentro del agua, donde habían varios jóvenes bailando y bebiendo. Nos adentramos aún más y el agua me llegaba a la altura de mi pecho. Ninguno de los dos se había sacado la ropa, pero daba igual ya que traíamos traje de baño.

Miro hacia la luna que estaba sobre nosotros y Gustavo me abraza por la espalda.

- Eres aun más hermosa, con la luz de la luna sobre ti. - Me susurra al oído y sonrío.-
- No pierdes el tiempo conmigo, eh.
- Me dijiste que tenía que convencerte, y aquí estoy. No me rendiré hasta que estés a mi lado.
- Ahora estoy a tu lado, Gustavo.

El rie y me voltea con fuerza para lograr estar frente a frente.
Es un acto tan varonil, que me siento derretir entre sus brazos. El me mira la boca sin parar y yo acaricio su barba.
Se veía muy guapo con algunas gotas cayendo de su rostro y mirándome la boca como si la fuera a comer en cualquier momento.
Le miro la boca sin querer y siento que yo también quiero besarlo. Gustavo se va acercando y ya siento nuestros alientos mezclados.
Siento algo extraño, tal vez Gustavo da un paso en falso, porque siento su pie resbalar y ambos nos adentramos al agua sin querer.
Luego salimos a la superficie riendo y nos volvemos a la orilla como si nada hubiese pasado.

Nos encontramos a Lily que se besaba sin parar con un rubio y luego Emily con Fernando, que salían del agua.

- ¿Nos vamos ya? -Pregunta Fernando.-
- ¿Dónde está Lily? -Pregunta Emily.-
- La pillamos tragándose a un rubio, por allá. -Gustavo les indica y ambos reímos.-
- ¿Pero que mierda?

Fernando parecía bastante enojado y decidido a ir a buscarla, pero Emily toma su mano y lo aparta.

- Sabrá como llegar a casa, solo queda a una calle. Vamos a dormir, estoy agotada.