Max es listillo, prepotente, sobreprotector y cree que se esta volviendo loco. Alice es testaruda, matona, chillona y cree que no soporta a su hermano. Hasta ahí son dos hermanos normales; bueno, todo lo normal que se puede ser cuando tu padre es un basurero poeta, tu madre una artista que vende más flores que cuadros y tu casa parece una caja de zapatos. A Max le gustan los Lunes. Excepto en los que ve cosas. Alice los Odia. Ella no ve nada, pero quiere pegarles a todos. Un desafortunado lunes su mundo se pone patas arriba. A partir de entonces, una serie de cambios físicos y mentales harán que nunca vuelvan a ser los mismos. Solo la casa de nadie estará dispuesta a abrirles las puertas.