Y aquí estoy, de pie, con un corazón quebrado.
Desilusión, una tras otra ha aguantado.
Pobre, siente no tener más fuerzas, una y mil veces lo ha intentado, y en todas siente haber fracasado.
Hoy teme, de nuevo, al sentir una llama nacer dentro de él.
Hoy teme, de nuevo, sentir aquella ilusión, abrazadora y poderosa.
Pero, aún así...
Hoy siento que la sonrisa nace desde lo más profundo de mi alma.
Hoy siento que mi ilusión aviva mi frágil esperanza.
Esa, que después de tanto no he podido destruir.
Esa, que después de todo, no se ha alejado de mi.
No puedo evitar ser dichoso al conocerte.
Tal obra perfecta mis ojos no han conocido, mirarte es un regalo que el cielo me ha permitido.
Escucharte apacigua mi espíritu, lo alimenta, lo purifica.
Sentirte, es un anhelo que mis deseos mantienen en secreto.
Sé que, tal vez, no es como tu esperas, o no es como tu quisieras...
Pero te aseguro, corazón, que no habrá hombre que más felicidad una mujer pueda darle.
Te aseguro, que no habrá en tu vida quien mejor te trate, ni tampoco alguien que más te ame.
Cuento los segundos para que me permitas de ti llenarme...
Embriagarme con tu aliento y perderme en tu aroma...
Ahogarme en tu néctar y fundirme en tu piel...
Fusionarme a tu carne, penetrar en tu mente y alojarme en tu vida, día a día...
Marzo. 22. 2013.
Karlanely Vázquez García™
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