Capítulo 09 - Déjame Conocerte

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Me encuentro en mi habitación tumbada en la enorme cama, sumergida en mis pensamientos, hasta que alguien llama a la puerta y me provoca un susto de muerte, bueno, quizás haya exagerado un poco, lo vamos a dejar en un susto. Me levanto torpemente y me dirijo hacia la puerta de la habitación para abrirla, la abro, y ahí me encuentro con Sam, que sin preguntar ni decir una sola palabra entra en la habitación, y es ahora cuando recuerdo que ella va a compartir conmigo este cuarto estos tres días que hemos acordado.

- En un rato traerán la cama que falta, no voy a dormir contigo, sería muy raro. - se que le he fastidiado las vacaciones pidiéndole que comparta habitación conmigo en vez de con su novio, lo se por como me mira, con esa cara de desprecio... me siento fatal.

- Esta bien, ¿necesitas que te ayude con eso? - sin dejarle contestar, le ayudo con su equipaje, y le ayudo a instalarse en mi habitación. Cuando ya esta todo en su lugar, alguien llama a la puerta, el servicio de la casa nos trae la cama que habíamos pedido, la montan, y sam termina de ponerse bien todas las cosas.

Media hora después ambas nos encontramos en nuestras respectivas camas, ella está chateando y yo estoy con mi portatil, al final si que voy a abrir el diario personal en internet, se llamará: Mi día a día. Entro en Blogger, me registro y entonces creó el blog, el nombre, ahora, solo me falta un diseño acogedor, de momento, me conformo con colocar un diseño sencillo. Y así van pasando los minutos hasta que Sam se levanta y se sienta a mi lado a ver lo que estoy haciendo.

- Eh, Noah, ¿que haces? - le enseño la pantalla del ordenador.

- Acabo de crear un blog que voy a utilizar como diario, pero no me decido con el diseño que voy a ponerle, ¿me echas una mano?

- Me encantaría, pero antes, me gustaría hablar contigo de una cosa. - dejo el ordenador a un lado.

- Claro, dime.

- Tienes que solucionar de una maldita vez lo que sea que os pasa a Adam y a ti. ¿Cuánto hace que os besasteis?

- ¿Debería? ¿No puede ser él el que venga a hablar conmigo? Fue cosa suya todo esto, además, el otro día intenté hablar con él y lo único que conseguí fue que se fuera.

- Esta bien, creo que tienes razón. - Sam se levanta y sale de la habitación, al cabo de 10 minutos, se escuchan gritos en el pasillo, salgo a ver que pasa y me encuentro a Sam y Adam discutiendo, hasta que él se da cuenta de mi presencia y se queda callado mientras me observa, me da un poco de corte así que vuelvo a entrar en el cuarto y cierro la puerta.

Cinco minutos más tarde, alguien llama a la puerta, deseo con todas mis fuerzas que no sea quien yo creo que es pero... no sirve de nada, Adam es quien llama.

- Hola, ¿puedo pasar? Tenemos que hablar, de lo contrario, tu compañera me matara, de verdad, a veces me da miedo...Abro la puerta y hago un gesto con la cabeza indicando que pase, él entra y entonces cierro la puerta, espero a que el empiece a hablar y no lo hace, tengo decidido que no voy a ser yo la que empiece a hablar, él es el que ha liado todo este alboroto. Tan solo tarda un par de minutos en volver a dirigirme la palabra.

- ¿Porque... porque saliste corriendo? - Adam agacha la cabeza y mira al suelo.

- ¿Perdona?

- Sabes a qué me refiero, cuando nos besamos ¿porque te acuerdas, verdad? mira... entendería si hubieras salido corriendo porque no querías que pasara pero... ¿tengo que recordarte que tu me correspondiste el beso? y, además, lueme te lanzaste tu... - no se que responderle, me siento en una de las camas con la cabeza en mis manos y, entonces hablo, inconscientemente, pero en un susurro.

- Me asusté, no entendía lo que había había sucedido, tu compañero de cuarto me abrió los ojos, de lo contrario... Quizás no estaríamos en estas condiciones ahora mismo, es decir... no se como decirtelo, lo siento mucho. - le miro. Adam se sienta conmigo y me pasa un brazo por sus hombros, haciendo que yo coloque mi cabeza en su pecho en forma de abrazo.

- Esta bien, lo comprendo, todo pasó muy rápido, pero Noah...

- Adam... entiende que no te conozco y que es posible que fuese un error, tu estabas cabreado y yo... yo tenía a mi mundo al suelo, estaba hundida por completo. - Él se levanta y se coloca delante de mí, colocándose a mi altura para que pueda mirarle a los ojos.

- Tienes razón, entonces... déjame conocerte, Noah. - asiento con la cabeza.

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