Apuesta de San Valentín

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—Yo tenía pensado ir hasta el parque de atracciones con Matt, además que leí en internet que iba a haber nuevas atracciones relacionadas con San Valentín.— decía una morena, bastante emocionada.— ¿Tú harás algo con Oliver?— le preguntó a su amiga.

—Vamos a cenar a un restaurante, además de que pronto haremos seis meses y estoy super ilusionada.— contestó con un brillo especial en sus ojos azulados.

Violet hizo una globa con el chicle de fresa que anteriormente masticaba mientras escuchaba aquella conversación que sus amigas habían iniciado hacía un buen rato, observaba a ambas, alternando su vista primero en la morena, y luego en la rubia, como si estuviese frente a una partida de ping pong; aunque en realidad no prestaba demasiada atención, ya que todo tema referido al amor le daba absolutamente igual.

Hizo reventar la globa con sus labios rojizos, y ante aquel sonido sus amigas recordaron su presencia, y la vieron con cierta expresión triste que molestó a Violet.

—¿Qué?— preguntó la pelirroja, sintiéndose repentinamente acosada por las miradas de sus amigas.

—Siento que tengas que pasar el San Valentín sola.— dijo Emm, la morena de ojos castaños, también mejor amiga de Violet; ya que se conocían desde que estaban en la guardería.

—Otro año.— añadió Gina con una risa burlona, a lo que Emm le dio un codazo que no pasó desapercibido por la vista de Violet, que todavía las miraba a ambas con una expresión neutra.

—No necesito tener novio para ser feliz, al contrario que vosotras.— dijo con su característico tono serio y frío.— Para mí San Valentín es un día más, no os preocupeis.— dijo haciendo comillas con sus dedos al pronunciar la última palabra, ya que sabía que Gina no se preocuparía por ella ni muerta, era bastante egoísta, y pocas veces se preocupaba por los demás.— Pero si vais a estar hablando sobre estas tonterías, prefiero irme y hacer una visita a la biblioteca, creo que lo pasaría mejor leyéndome un diccionario.

Gina se rió, en cambio Emm frunció el ceño, todavía manteniendo aquella expresión triste de antes, mientras veía como su mejor amiga se levantaba del banco, a punto de abandonar el lugar.

—Eh, no te vayas.— intentó frenarla.

Mientras tanto, a pocos metros de allí, un grupo de estudiantes charlaba animadamente, el tema de conversación no se alejaba mucho del anterior; nada de lo que extrañarse, al fin y al cabo eran adolescentes.

—¿Vais a cenar en un restaurante?— preguntaron dos chicos al unísono, conteniendo las ganas de reírse.

—Creo que cinco meses con la misma chica te está dejando bastante tocado, ¿tenéis cincuenta años o que?— se burló uno de sus amigos, pasando su brazo por el cuello del chico para acercarlo a él.— En serio que eres patético.— se reía.

—Vamos a hacer seis meses, ¿vale?— se ofendió, echándose hacia atrás para librarse de su agarre.

—Oh, lo siento.— se disculpó irónicamente, levantando ambas manos como si lo estuviesen apuntando con una pistola.

Los chicos hablaban y se reían, pero de los cuatro, solo uno permanecía callado, observando a lo lejos el pequeño grupo de chicas.

Entonces, vio a Violet levantarse del banco, observó su cuerpo de pies a cabeza, admirando lo bien que le quedaba el estúpido uniforme del colegio privado, que se caracterizaba por su blusa blanca y falda a cuadros de diferentes tonos azules, sonrió al pararse en sus caderas y luego en sus pechos, desearía desabrocharle lentamente uno a uno aquellos botones de la blusa, para luego morder su piel pálida.

La pelirroja salió finalmente de su campo de visión cuando ella se alejó de sus dos amigas, y entonces volvió a la realidad.

—Tierra llamando a Dave.— decía uno de sus amigos pasando una mano por delante de su cara.

—¿Qué?— dijo confuso, quitando de su mente la imagen de aquella chica.

—¿Son cosas mías o estabas viendo lascivamente a Violet Fitch?— preguntó otro, sin borrar una estúpida sonrisa que permanecía en su rostro.

—Puede.— contestó simplemente, intentando parecer misterioso.

—Dave, da igual lo popular que seas, Violet está lejos de tu alcance.— comentó uno de sus amigos, dándole una palmada en el hombro.

—A parte de ese carácter que tiene, se rumorea que odia todo lo que tenga que ver con los chicos.— frunció el ceño.— Yo no lo intentaría siquiera.

—Quizás sea lesbiana.— dijo otro.

—Bien, haremos una apuesta.— dijo Dave mirándolos seriamente.— Si consigo hacerla mía, correréis desnudos por el patio del instituto, ¿qué decís?

—Que eres un idiota.— se rieron.— Te damos un més, y si no eres capaz, serás tú el que corra desnudo.

—Genial, empezaré en San Valentín, contar los días, porque voy a ganar.

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2012 ⏰

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