Capítulo 48.

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Luego de hacerla dormir a Maria, y tener esa charla que me hizo recapacitar, o al menos pensar en el tema, caminé escaleras abajo hacia la cocina, donde las luces todavía estaban encendidas y se escucha un pequeño murmullo proveniente de la televisión. 

—____________, queremos hablar con vos. —Dijo mi tío una vez que pudo escuchar mis pasos atravesando el umbral. 

—¿Pasó algo? —Fruncí el ceño y me senté de vuelta alrededor de la mesa. 

—En realidad, sí. —Comentó mi tía con una expresión triste en su rostro.

—Me están asustando. —Reí apaciguando el momento de tensión, pero ellos no me devolvieron la sonrisa. 

—Llamaron de la compañía de pasajes, y dijeron que tu vuelvo de regreso a Argentina, se cambió para mañana en la noche. —Explicó mi tío.

—¿Qué? —Quedé atónita.

—Eso, como escuchaste. No podemos hacer nada. Ellos dijeron que son cambios rutinarios. Como tu vuelo estaba programado para pasado mañana, tenían que reajustar horarios y te adelantaron la hora de partida. 

Me quedé escuchando las explicaciones de mis tíos, y al final de todo, terminé asintiendo y diciendo que no importaba, "estaba todo bien". 

Caminando de vuelta hacia mi cuarto, arrojé la valija sobre la cama, diciéndome que no tenía porqué desempacar sabiendo que mañana mismo me iría. Busqué la ropa para dormir, y decidí darme una ducha. Al menos debajo del agua podría pensar bien, pero no sabía que era lo que tenía que "pensar bien". 

Ya practicamente estaba amaneciendo cuando me arrojé debajo de las sábanas dispuesta a dormir aunque sea un poco. Y no quería dormir, porque sabía que me iba a despertar tarde, y se me irían mas rápido las horas que me quedaban para estar acá. De algún modo, la idea de volver a Argentina y sumergirme en los problemas de familia otra vez, me hacía revolver el estómago. Como aquella vez cuando me encontraba con la cabeza dentro del inodoro y Justin sostenía mi pelo. 

Justin... de solo pensar en aunque sea su nombre, me convencía todavía más, de que él no me vendría a despedir al aeropuerto cuando me fuera. Había una clara sensación en mí, que decía que yo le había jodido la vida. Lo pensaba así, y no me sentía culpable, porque sabía que él también había creado un impacto en la mía. 

Me dormí a los pocos minutos, luego de convercerme que maniquear mi cabeza con esos temas no me haría ningún bien. 

Cuando me desperté, ni siquiera caía que esas eran mis últimas horas en Canadá. Al fin y al cabo la había pasado... bien.

Bajé a almorzar -debido a que me desperté al mediodía - y me encontré con la familia. Estaban comiendo spaguettis con salsa, ya que casualmente hoy era domingo. Me dijeron que me les uniera, aunque yo todavía estaba en pijama. Acepté y mi tía me sirvió un gran plato de fideos con salsa. 

Mientras almorzábamos, mi tío me iba diciendo a que hora tendría que estar lista para llevarme hacia el aeropuerto, porque debido a las demoras y todo el papeleo, siempre teníamos que estar unas horas antes. 

We can't. {Justin&Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora