Adiós New York. Pienso mientras subo las escaleras para abordar el avión .
"Odio Miami no me puede gustar" pienso quejándome.
No entiendo mis padres que le ven de bueno para pasar un verano allá, no es que no me guste la playa por lo contrario me encanta simplemente odio la idea de no pasar el verano junto a mis amigas.
Al despegar el avión la azafata me ofrece jugo y unas insignificantes galletas que me veo obliga a guardar para no pasar hambre durante estas 3 largas horas de vuelo.
5 minutos después prenden esas pantallas del avión donde puedes ver películas y jugar yo prefiero verme una película ya saben de esas típicas películas de terror donde hay una estúpida rubia y un típico chico guapo que la salva.
Mi padre me interrumpe enfadado diciéndome
- ¿no te cansas de ver esas películas? -
Y le contesto con ira - ¿acaso las veo corriendo?- así que me coloco los audífonos de nuevo y sigo viendo la película.
El avión aterriza, que pesadilla, ni siquiera conozco a nadie de aquí, aún que no creo que sea un problema porque suelo ser muy sociable.
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Mi madre antes de venir me a prometido llevarme de compras a mi tienda preferida por no hacer la misma pataleta que hizo mi hermana mayor de 18 años. y así fue compre de todo hasta tres nuevos vestidos de baño para ir a la playa...al salir de la tienda, lo vi , el chico más lindo que haya visto, cabello Rubio, no muy alto y de ojos tan dorados como la miel.
Me gustaría saber quien es, pero mi madre no me dio tiempo ni de saludar.
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Mucho tiempo después de haber salido del centro comercial, desde el coche puedo ver un enorme chalet blanco con muchas ventanas grandes. mientras mi madre abre la puerta del chalet me dice
-acostúmbrate esta será tu nueva casa-
-al menos puedo ir a la playa !ya!, ahora!-
-por supuesto, pero con tu hermana-
-Mia! no por favor, ella me pega- le susurro
-Ahhh! entonces no vas -
Resignada subo las escala mientras mi madre grita -Mia! Arreglate que vas a la playa con tu hermana-
