y compañeras de la compañía y la escuela, algunos solo por tener sexo, por el placer de ver el semen correr, que importaba una raya mas al tigre, con otros, por una nota, un paseo, un jeans, dinero, era la más lujuriosa de las putas, el más chulo de los proxenetas.

Un sábado, terminada mi función, salía del teatro solo, mi sangre era pura hiel, estaba tan molesto que discutía conmigo mismo, un viejo asqueroso, un ex amante, un oficial del MININT, se había atrevido cuando no quise recibirlo en casa a empujar la puerta entrar a la fuerza, me pego una bofetada que aun me dolía y rastrillando su pistola mientras me la ponía contra un ojo, me dijo, -Maricon, si te veo en la calle con alguien, te mato a ti y al que ande contigo-, salió dando un sonoro portazo. Me quede mudo, parado en el medio de la habitación, el miedo, la ira, la rabia, la impotencia, se hacían presa en mi, jamás, ni los más guapos de mi barrio me habían amenazado, muchos sabían que siendo el más maricon de los maricones, me fajaba si había que hacerlo, aun algunos recuerdan cuando muy cerca de casa iba acompañado de mami y tres “guapos”, los que habían pasado por mi cama, estaban sentados en una esquina, al pasar nosotros uno por hacerse al gracioso dijo, 8

-La niña saco hoy a mami a pasear-. No dije una palabra, llegue a casa y regrese, aun estaban los tres sentados en la esquina, sin decir palabra lo ataque, lo golpeé en el rostro hasta cansarme, uno vino con un machete, se lo quite y con el mismo machete lo aporreé, hoy aun tengo como recuerdo a pesar de una cirugía estética la marca del machete en mi brazo izquierdo, por eso estaba tan molesto, me jodía no romperle la cara a este viejo maricon seguroso. Al llegar al lobby del teatro se me acerco una pareja, los mire y casi los esquivo, pero me hablaron, se presentaron como dos espectadores españoles, ella Pilar, él Alfonso, habían visto la función y estaban impactados con mi trabajo actoral, se sentían satisfechos con la presentación y querían conocerme, hablar más de mis actividades artísticas y me invitaban a cenar, los mire con recelo, en mi vida había visto muchas maneras de abordaje, pero no, parecían una pareja normal, un matrimonio de españoles que se sintieron motivados por mi actuación y querían agradecerme, ser corteses, dar una miseria al pobre indígena cubano, unas cuentas de colores, un espejito y una cena por mi trabajo actoral, acepte, total no estaba de ánimos para regresar a casa, menos para meterme en una cama de algunos o algunas de mis amantes de turno. 9

En su auto, me pidieron que sugiriera el lugar más adecuado donde pudiéramos cenar y charlar sin interrupciones y mucho escándalo. -El mejor sitio en estos momentos en La Habana es El Aljibe, está cerca del teatro-. Les dije, pensando que después si me llevaban a casa también estaba en camino. A pesar de mi mal día, fue una velada agradable, la cena en el sitio siempre es exquisita, el trato muy profesional, acompañado de un exquisito vino, un café bien fuerte, como dice su propio nombre, Caliente, Amargo, Fuerte, Escaso, al final unas copas de coñac, para ayudar la digestión, que mas pedir para terminar un día que hasta el momento de conocerlos a ellos era fatal. La sobremesa fue larga, la conversación fue extensa, eran dos exquisitas personas, muy cautas y educadas en el trato y la conversación, en ese momento estaba convencido que eran una pareja de amorosos amantes del teatro, sin otra intención. Nos levantamos, me propusieron llevarme hasta mi casa, si no era inconveniente, sabían de los problema que existían en Cuba con el transporte, para mí era un placer, era muy tarde, acepte, sin ellos el regresó sería desastroso. Al llegar a casa los invite a tomar un café, rechazaron la invitación, era tarde y no querían molestar, al despedirnos no 10

quedamos en nada solo un apretón de manos para él y los dos besos acostumbrados a ella. -Hasta mañana, si dios quiere-. -Hasta mañana-. Echaron a andar el auto, se marcharon, me quede mirándolos mientras se alejaban pensando que fantástica pareja, entre a casa, mi madre había dividido la antigua casa de mi abuela para cada uno de nosotros, con los conocimientos aprendidos de mi padre y toda la inventiva que tenia, diseño la distribución de la casa para construir cuatro apartamentos, así cada uno de nosotros tenía su lugar junto a ella sin tener que molestarnos, como acostumbraba a decir, “juntos, pero no revueltos”, mientras me desvestía y me preparaba para tomar una ducha dejaba que se refrescará mi habitación pensaba en esta desconocida pareja, eran fantásticos, no buscaban sexo, solo conversar, pasar un rato agradable, conocer personas, sin dudas eran amantes del teatro, venir desde tan lejos y visitar un teatro, era más que suficiente para estar seguro de su afición por las tablas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Invalid date ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Palabras morbosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora