Escribiendo "LOS DONES DE LA SERPIENTE"

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A mediados del año 2015, trabajaba en una empresa textilera como Planificador de la producción. Había comenzado a laborar en Febrero. Para ese momento dominaba todas las funciones que me habían asignado y el tedio estaba instalado en cada minuto de mi vida laboral. En Junio, se había anunciado que mi jefa iba a trasladarse a vivir a Panamá, y uno de los compañeros más antiguos sería promovido a aquella posición.

Lo anterior traería una serie de cambios en toda la estructura del departamento. En mi caso particular existía un proyecto para elaborar manuales de procedimientos de las diversas áreas y unidades de la empresa. Por lo que debía entrenar a un reemplazo que cubriera mi posición.

Mi disposición para tal tarea era de lo más abierta posible. Me encanta cuando las cosas cambian por lo que aquellas noticias eran música para mis oídos.

El mes de Julio trajo vientos de cambio. La jefa se dispuso a entrenar a su reemplazo y yo estaba a la expectativa de la llegada del nuevo miembro del departamento. El día diecisiete hizo su aparición una chica en la oficina.

No tengo ningún tipo de prejuicio o discriminación en relación a las personas con algún grado de obesidad, pero mi primera impresión de la nueva ingeniera no fue favorable, y no precisamente por su peso o índice de masa corporal.

Siempre he creído que mi instinto es superior a mi raciocinio. La persona en cuestión parecía agradable y llevadera, pero yo sospechaba que no era lo que aparentaba. Respondía al nombre de HR, y sus saludos efusivos durante las mañanas me parecían excesivos y poco sinceros.

De entrada se le asignó el aprendizaje de la posición que quedaría vacante en ese momento, por lo que mi interacción con ella estaba reducida a algunas preguntas esporádicas y al trato cotidiano en la oficina. Por alguna razón insistía en contarme cosas acerca de su vida que yo no había preguntado y, difícilmente, eran cosas que me interesaran, pero la chica no sabía cuándo callarse o cuando su interlocutor estaba fastidiado.

Ese fue el momento de las vacaciones de Agosto, las cuales aproveché para realizar un viaje a Las Vegas, lo cual me dio la inspiración futura para la creación del personaje: Michelle Castaneda y para escribir la primera parte de la novela "La habitación del castillo"

Al regresar de aquella pausa se reveló que la jefa de todo el departamento había sufrido un accidente en las vacaciones y su regreso al trabajo estaba pospuesto. La fractura de un pie la había reducido a una reclusa en su casa. Esto parecía anodino desde mi punto de vista, pero demostró ser un hecho fundamental a la larga. Su subalterna, es decir mi jefa, había partido con toda su familia hacia una nueva realidad.

Luego de un mes de enseñanza se descubrió que HR no estaba "dando el ancho" en el aprendizaje de sus nuevas tareas. Por lo que el nuevo jefe me explicó que otra persona sería contratada para cubrir aquel espacio, y yo debía entrenar a HR para que me sustituyera.

Nunca me explicó que haría yo luego de entregar la estafeta, pero eso para mí era irrelevante. Así la chica nueva me fue asignada para aprender todo lo necesario para cubrir mis funciones como planificador.

HR demostró ser un ejemplo viviente del efecto Dunning-Kruger. En toda mi carrera había entrenado a más de veinte personas en distintos tiempos y áreas. Mis falencias más obvias respecto a mi capacidad de entrenar personal nuevo estaban relacionadas con mis expectativas a que mis alumnos captaran las explicaciones a la primera y que fueran capaces de aplicarlas a su vida o posición adquirida.

Encontré toda clase de personas durante aquellos años: los abiertos, los tercos, los carentes de talento, los muy talentosos y HR. Me agrada cuando alguien cuestiona el orden establecido, pero solo si lo hace luego de un análisis exhaustivo, no al primer día luego de la primera hora de explicaciones. HR puso a prueba mi paciencia y mi fe en la Humanidad, la cual no es mucha. Fue un calvario de un mes donde aprendí que hay un límite para ciertas cosas, y que la frase: "la ignorancia frecuentemente proporciona más confianza que el conocimiento" puede catalogarse como una verdad universal. Incluso mi cabello encaneció durante ese tiempo.

¿POR QUE ESCRIBE ALEX BLANCO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora