Memorias de una Prostituta

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Para Argentina y Uruguay pedidos a la distribuidora Ultramar Libros. pedidos@ultramarlibros.com                                   

El libro completo se puede encontrar en librerías, a traves de la editorial Sepha www.editorialsepha.com, en la versión digital en https://www.amazon.es/dp/B007M2T41U.

10% de las vetas serán donados a Ambar y Amunod asociaciones de combate al trafico infantil para la prostitución.

                                                           PRÓLOGO

Leer Memorias de una prostituta es como sentarse frente a la autora y oírla hablar de las vicisitudes de Anastasia, tal y como si se oyese a una amiga haciendo una narración de sus anécdotas de vida. Con semejante soltura se expresa sobre situaciones que a algunos nos daría prurito oralizar, pintando las miserias de una profesión que estamos acostumbrados a estigmatizar en dos extremos: el infernal y el glamoroso. Dándonos ella una visión de grises, de puntos intermedios y, tal vez, matices hasta pendulares, sobre una experiencia real, usando para ello un discurso sencillo, frontal, cuidado, que jamás cae en la morbosidad que algún lector espera ni en la autocompasión que esperarían otros.

Usando la voz de Anastasia, Anne asienta juicios propios, inevitables en la exposición de una historia real que deja huellas en el corazón. Sin embargo, a pesar de estos juicios que hace, Anastasia se muestra llena de compasión hacia el mundo que habitó durante tantos años.

Desde fuera, uno puede hacerse muchas preguntarse. Nuestro instinto enjuiciador puede hacer planteos sobre la toma de decisiones que la protagonista hace. Pero ella misma se encarga de dar explicaciones que, pueden o no bastarnos a sus espectadores pero, nos dejan en claro que fueron decisiones sopesadas a conciencia de las consecuencias que traerían.

Anne intercala en el juego narrativo sus ideas sobre el proceso de sanación del karma. El Camino de Santiago es el que refleja su verdadero tránsito, un camino hecho con interrupciones y en compañía de crédulos e incrédulos, de seres queridos y seres que se aprenden a querer; una senda que refleja en su descripción casi como un fiel espejo el trajinar de su crecimiento, sus dolores, su soledad, sus alegrías, con una llegada a puerto en gozo que presagia que su historia tendrá un final de paz y que, en tanto, no es más que otro peregrino. El camino de Santiago, si bien es otro hecho fidedigno dentro del libro, es la plena metáfora de su crecimiento, de su búsqueda y su sanación.

El libro es en general una demanda. Un pedido, no de socorro. Sino más bien un clamor de observación sobre una realidad que a una parte de nosotros nos resulta transparente, y a otros repulsiva. Un grito que dice que somos algo más que aquello que hacemos para ganarnos el pan y que pone en evidencia la ignorancia, la desidia, el abandono a que están sometidas las mujeres que ejercen la prostitución. Y, a la vez, es un susurro de compasión y esperanza, un murmullo de serenidad que augura que siempre se puede triunfar sobre la adversidad.

A través de la lectura acompañaremos a Anastasia, cruzando sus dolores, sus emociones, sus heridas, sus investigaciones sobre la desprotección y sus temores. Nos sentiremos como ella: sometida, abatida, añorante, desgastada. Pero también nos sentiremos lúcidos, recuperados, renacidos y esperanzados y, hasta quizás, confundidos en nuestros previos conceptos sobre este oficio y sus avatares. Será entonces tiempo de replantearse los juicios, de sentir compasión y comprensión por un mundo que a Anastasia le ha tocado vivir y del cual Anne ha sido testigo.

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2012 ⏰

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