-¡Bernardo! –Leonardo camino furioso por los establos -¡¿Dónde esta mi caballo?!
-El administrador mando cambiarlo de sitio –Bernardo le observo precavido –A una de las cuadras del fondo
-Maldita sea –Leonardo apretó la mandíbula -¿Y se puede saber para que?
-Hoy traen el caballo de la doña –Bernardo le miro de reojo
-¡Como si traen al papa! ¡Ese es el lugar de mi caballo! –Bernardo levanto la fusta en dirección a el, pero una mano le impidió bajarla -¿Cómo te atreves a tocarme?
-¿Pretende que permita que golpee al capataz? –Oscar mantenía agarrada la mano de su patrón sin dejar de mirarle a la cara . El no le tenia miedo
-Suéltame –Leonardo tiro de su brazo liberándolo –Si crees que porque eres el protegido de mi padre puedes hacer lo que te venga en gana estas equivocado
-¿Es así como trata a los empleados? –Roberto permanecía de pie, apoyado en uno de los postes observando –Dudo que a la Doña le agrade
-Me importa muy poco lo que le agrade a esa mujer –Leonardo se giro para mirarle -¿A ver? ¿Dónde esta?
-Llegara –Roberto sonrió –Pronto, muy pronto
-¿Qué ocurre? –Gonzalo frunció el ceño observando a todos
-Ocurre que una vez mas uno de sus hijos demuestra su temperamento con los empleados, empleados de la doña –Roberto miro a Gonzalo –Y permítame recordarle que ya no son los dueños, cuidado con lo que hacen
-Leonardo –Gonzalo miro a su hijo con reproche –Regresa a la casa
-Iba a ver la cerca que se ha derrumbado –El miro a su padre de reojo –Pero no encuentro mi caballo
-Ya te dijo el capataz que el caballo esta al fondo –Roberto siguió hablando sin dejar de mirar a Gonzalo –Y no se preocupen por la cerca, ya la estan arreglando
-¿Quién? –Gonzalo frunció el ceño
-Los nuevos empleados –Roberto sonrio–Contratados por la doña
-Bien –Gonzalo asintió, miro a su hijo –Entra a la casa
Padre e hijo desaparecieron por la puerta de los establos y Roberto dirigió la vista hacia el empleado que había plantado cara al hijo mayor . Apenas tenia información de el, llego al pueblo después de que Elena se marchara
-Tu, Oscar –Le señalo –Te encargaras del caballo de la doña, llegara dentro de unos minutos Que no le falte de nada
-Si, señor –Oscar respondió manteniéndole la mirada
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La Doña
RomanceEl pequeño Pueblo de Palmer, no era muy grande y menos conocido Nadie podía pensar que alguna persona importante se interesara en el. Pero así sucedió, una mujer, que poco a poco se fue adueñando del pueblo. Los Barquero, los patrones del puebl...