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Quizá estaba pensando demasiado las cosas

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Quizá estaba pensando demasiado las cosas. Quizá eran más fáciles de lo que imaginaba. O quizás, también, estaba actuando como una chiflada al estar pensando en voz alta cosas sin sentido o importancia por los pasillos de la escuela.

Peyton arrastró los pies hasta el aula de Filosofía, como cada viernes a última hora. Cuando entró no le sorprendió ver que el asiento que ocupaba Trenton se hallaba vacío.

Desde el sábado anterior, el día del partido de fútbol, el chico comenzó a faltar a la escuela sin razón aparente. No podía evitar preguntarse se si debía a lo que había pasado luego del dichoso juego o si en realidad era por otra cosa, pero guardó sus dudas para si misma. No podía preguntar a nadie por él, por el simple hecho de que nadie se hablaba tan siquiera con Trenton.

Con expresión cansada, caminó hasta el banco y se sentó en su respectiva silla. En lo que esperaba a que llegara la señorita Jhons, miró hacia atrás sobre su hombro y lo que vio no hizo más que picarle el humor tan pesado que llevaba ese día.

Jasper sentado casi al fondo del salón con, como no, la chica nueva: Ryden Key.

Ryden había ingresado a clases el lunes de esa misma semana, con su potente cabello chocolate y grandes ojos azules. Había llegado desde Boston, según lo que escuchó de las chismosas bocas de sus compañeros, pero denotaba que sus raíces no eran para nada americanas ya que su acento al hablar era claramente británico.

Prestó atención a su mejor amigo quien parecía encontrarse sumamente interesado en la conversación que mantenía con la chica nueva. Ella no dejaba de mover las manos acompañando las palabras que salían de su boca, seguidas de una u otra risita. Jasper sonreía y Ryden apartaba la mirada mientras fingía sonrojarse por ello.

Para Peyton, Ryden llevaba un cartel en la frente —estilo marquesina con luces y letras de neón— que decía: «PELIGRO-ALEJATE-PROBLEMAS» que obviamente Jasper no había notado aún.

Usualmente cualquier ser humano en la faz de la tierra le caía bien. Al menos hasta ese día, hasta que la puerta del aula de Matemáticas se abrió. Lo recordaba con todo detalle.

Se había sentado junto con Olivia debido a que Jasper faltó porque Lucy se encontraba enferma y Dafne tuvo que trabajar, así que él se quedó con su hermana como hermano mayor responsable. Con Olivia se pusieron a hablar sobre las vacaciones de verano y la futura graduación, y fue cuando la puerta del salón se abrió de golpe y el señor Smith entró siendo escoltado por una bonita chica que captó al instante la atención de todos en el lugar.

―Alumnos, les presento a Ryden Key ―había dicho Smith introduciendo a la joven a la clase―. Acaba de mudarse desde Boston eligiendo esta preparatoria para terminar sus estudios. Lo único que espero, hagan el favor, es que traten a la señorita Key como es debido y puedan ayudarla a tener una mejor incorporación a la escuela.

Todos parecían babear por ella o besar el suelo por donde pisaba, y Peyton no sabía muy bien porque eso le molestaba. Si, bien. Era una chica bonita. Y la rodeaba un aura bastante misterioso y llamativo, y prácticamente no había chicos nuevos en la escuela. Aun así, ¿hacia falta tanta atención?

Déjame Salvarte [anteriormente Falling] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora