¿Algo más?

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 El timbre del celular de Brenda hizo eco por su habitación obligándola a despertarse, levantó su cabeza de la almohada sólo para divisar la hora del reloj que colgaba en su pared, gimió al ver la hora. ¿Qué clase de loco le llamaba a las 6:34 a.m.?

Buscó el celular en el mueble junto a su cama y con un ojo abierto vio la pantallita del celular, su hermana era esa loca que la llamaba a las 6:34 de la mañana. Lanzó un suspiro y después contestó el celular.

—Que tu estés loca no significa que todos lo estemos y que puedas llamarme a esta hora —le reclamó.

—Amm ¿Brenda? —dijo una voz masculina por el otro lado del teléfono que enseguida reconoció.

La castaña se sentó con velocidad en la cama y le prestó toda su atención a la llamada.

—Sí, soy yo —de pronto el sueño de le había escapado, estaba más despierta que nunca, como si hubiese bebido una bebida energética y estuviera en pleno efecto.

—Hola, buenos días. Soy Matt —dijo la voz del otro lado del celular.

¿Por qué Matt tenía el teléfono de su hermana?

—Sí, buenos días —dijo casi en tono de pregunta—. Amm, supongo que me dirás porque tienes el celular de mi hermana.

—Sí... verás —Matt dudó y observó a la castaña que dormía a su lado tan pacíficamente que le daba ganas de volver a acurrucarse a su lado—. Ayer nos encontramos en el antro que está por la universidad y como era muy noche cuando salimos la traje a mi casa. Aquí esta —dormida, dijo para él.

Brenda tomó aire y observó su habitación vacía. ¡Era verdad! No había rastro de Jeanne. Le sonrió a la habitación, se sentía tan feliz que casi daba de saltos.

—Está bien, pero si mis padres preguntan por ella no tengo idea de que decirles, sé mentir para mí pero no para la santurrona de mi hermana.

—Diles que está en casa de alguna amiga. Cuando...—despierte—. Yo la llevaré a su casa.

—Sí, claro, les diré que está en casa de su amiga Matt...ilda, así es, en casa de Matilda —soltó una carcajada que aturdió a Matt.

—¿En serio? ¿Matilda?

—Es gracioso, no lo niegues. Tu nombre tiene una forma femenina de...

—Tengo que colgarte...

Y la llamada se cortó. Brenda bajó de la cama de un salto, estaba vestida con una camiseta que le quedaba sobre las rodillas, sus pies estaban descalzos y pisaba la fría madera del suelo, empezó a caminar hacia el primer piso ya que su boca necesitaba agua. Cuando llegó a la sala escuchó unos suaves golpes en la puerta, frunció el ceño, peinó su cabello con sus manos y abrió la puerta.

Kris estaba de pie en la entrada, cuando su mirada bajó hasta Brenda le sonrió.

—¿Por qué estás vestida así? —le preguntó mientras la castaña mantenía en su rostro una traviesa sonrisa.

—Esta es mi pijama. Y en verano —jaló el cuello de su camisa—, duermo sin ella.

Kris negó con la cabeza e intentó mantener oculta una sonrisa. Levantó la vista para ver el interior de la casa en busca de alguien, Jeanne, para ser más preciso.

Brenda notó la mirada perdida del moreno y le habló.

—Jeanne no está...

—Lo sé, creo que está con Matt —la castaña buscó alguna pisca de enojo o celos en el rostro de Kris pero no encontró nada.

¿Jugamos a casarnos? (JASN Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora