El regreso de los padres de Hermione

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Capítulo 5: El regreso de los padres de Hermione.

Narrador P.V.O

- Supongo que tendré que volver a llamarte ...- el chico se atragantó al pensar la horrible palabra que estaba a punto de decir- <sangresucia>. Y supongo que no tendremos mucho tiempo para vernos.

- Tendré que convivir con ello.- la castaña sonrió tristemente.

- Sé que podrás sobrevivir.

En ese momento apareció Ginny. Vestida con unos vaqueros ajustados, una camisa de flores violetas y un bolso marrón.

- ¡Vamos!¡Tenemos que ir al Callejón Diagon!

- ¡Pues en marcha!- dijeron Malfoy y Granger al unísono.

El callejón estaba con mejor aspecto que la última vez (la mitad de las tiendas habían cerrado). Ollivanders se veía con mejor aspecto, Flourish y Blotts seguía en el mismo camino y muchas tiendas recuperaban esa alegría perdida por la guerra. Compraron la mitad de los libros que pedían en el pergamino que habían mandado ayer y se fueron a la heladería de Florean Fortescue. Draco se sorprendió al ver a su amigo Theodore Nott, comiéndose un helado con Luna Lovegood. El slytherin pudo escuchar <...seguro que Longbottom no lo ha hecho a propósito...> de la conversación. El rubio se apresuró a acercarse a esa mesa junto con las dos intrigadas chicas.

- ¿Qué te pasa Luna?- preguntó Ginny.

- Lo que me pasa, es que ya no me voy a casar con el imbécil de Neville. Dice que no ve futuro en nuestra relación ...- respondió Lunática con lágrimas en los ojos.

- ¿Y qué tiene que ver Nott en esto?- la castaña estaba muy confusa.

- Estaba intentando calmarme y decidí dar un paseo. Me encontré con Theo, -el nombrado sonrió porque no le había llamado por su apellido sino por su nombre- me invitó a un helado y me preguntó por qué estaba llorando.

- ¿Entonces se suspende tu boda con Longbottom?- el rubio estaba muy extrañado.

- Sí, pero me quedaré por ahora con mis amigos y después veré lo que hago.

- Yo compraré los libros que faltan.- diciendo esto, Ginny y Draco sacaron su dinero y se lo entregaron a Hermione.

La castaña salió de la heladería y terminó de comprar los libros que faltaban. Les informó a sus compañeros de que quería dar un paseo por el Londres muggle y se fue. Se apareció en la calle muggle donde vivía antes con sus padres. La calle estaba literalmente hecha de cenizas, incluso los pueblos muggles fueron afectados por la guerra. Decidío salir de allí y dirigirse a su lugar relajante: el aeropuerto. Extrañamente le gustaba ese lugar, le relajaba ver los aviones en el aire. La chica miraba a las personas, que iban de un lado a otro, buscando las respectivas puertas de embarque. Se fijó en una pareja en particular, ésta llevaba unas maletas que ella recordaba haber utilizado de pequeña. Deseó con todas sus fuerzas que fueran sus padres, y cuando fue consciente de lo que hacía, ya se acercaba a la pareja. Realizó el hechizo Memoriatus mentalmente y se dirigió temerosa hacia sus padres.

- ¿Recordáis quién soy?- preguntó la castaña tímidamente.

- Eres ...¿Hermi-mione?¡Hermione!- los padres recordaron a su única hija y la abrazaron con mucho afecto.

- ¡Pensé que ya no la volvería a ver! ¡Pero siempre seréis Jane y Robert Granger, mis adorados padres! Nos quedaremos en el antiguo cuartel general de la Orden. Es bastante acogedor cuando te acostumbras.

- Te hemos echado mucho de menos, mi pequeña Hermione.- dijeron Robert y Jane.

- Tuve que haceros el hechizo Obliviate para que los mortífagos no os hicieran daño. Ha sido una decisión muy dura para mí.- dijo Herms con lágrimas en los ojos.

- Tranquila, cariño, estamos juntos otra vez.

- Menos mal que Voldemort ya está muerto y no hay nadie a quién temer.

- ¿Dentro de poco tienes que ir a Hogwarts no ?- preguntó Jane.

- Sí, pero ya me he encargado de los libros y materiales. Sólo faltan dos días, y creo que para mañana ya tendré mi baúl listo.

- Sentimos mucho no estar contigo. Nos pasó algo muy raro, era como si estuviéramos dormidos pero despiertos, sin control de nuestro cuerpo.- declaró Robert.

- Vámonos a casa, tengo que organizar todo lo que llevaré a Hogwarts y vosotros tenéis que descansar.

Se fueron a un lugar solitario del aeropuerto y Hermione hizo una aparición conjunta. Cuando llegaron al cuartel, la castaña ayudó a sus padres a organizar sus maletas y a preparar ella la suya. Metió para ir a Hogwarts lo de siempre. Le llevó menos de veinte minutos. Bajó al comedor y como sus padres estaban durmiendo decidió limpiar y arreglar la casa. Para cuando el señor y la señora Granger se hubieron despertado, Hermione ya tenía la cena preparada.

- Mamá, papá, quiero que sepáis que todo fue mi culpa. Os hice un hechizo para borrar la memoria para que no os torturaran.

- Hija, no pasa nada, lo hiciste para protegernos.- dijo Robert.

- Buenas noches, estoy un poco cansada y mañana tengo que ir a Hogwarts para cursar mi octavo y último año.

- Que duermas bien, cariño.- dijeron los señores Granger a la misma vez.

ENAMORADOS DE LOS SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora