Capítulo seis

172K 5.3K 293
                                    


Estaba sorprendida cuando vi con mis propios ojos la escena de Bieber, había conseguido subir por las escaleras de incendio, y se estaba colando por mi ventana. 

Gritó de repente cuando estaba a punto de caer, corrí hasta él, y lo cogí por la mano. Lo miré a sus ojos color miel, e hice toda la fuerza posible para que no aterrizara en el suelo.

Mi pulso temblaba enloquecidamente del miedo que tenía, mi fuerza en algún momento me fallaría, y él se sostenía gracias a sus zapatos.

Conté hasta tres, y solté un grito agudo que resonó por toda la habitación. Esperaba que mis padres no se despertaran, si veían aquel chico en mi habitación, no sabría que inventar.

Tiré del cuerpo de Bieber, y por fin entró en la habitación.

—Que daño—No evité quejarme—Levántate.

Los dos caímos al suelo, teniendo el cuerpo de aquel chico sobre el mío. Me removí para librarme de su peso, pero no hacía nada, seguía tumbado pegando su pecho al mío.

 Nuestros corazones latían con fuerza, y nos quedábamos sin aliento.

—Bésame—Volvió a decir.

—No—Me negué.

—¿Por qué?—Su mano capturó uno de mis rizos —Te gusto.

—No es verdad—Me defendí.

—Te mueres por volver a sentir mis labios sobre los tuyos—Lo acompañó con una risa de descaro—Vamos pelirroja.

—Te he dicho que no—Repetí por segunda vez—Levántate de encima.

Negó con la cabeza, acercó más su cara a la mía, y nuestra piel se tocó. Su mano se apartó de mi cabello, moviéndola por el suelo donde nos encontrábamos. No sabía que iba hacer, pero sus intenciones no eran buenas.

Quedó su mano en mi pierna que estaba al descubierto, y acarició mi pierna sin mi permiso. Subió a poco a poco, e intenté moverme para detenerlo. Subió mi falda, e intentó seguir con su mano.

—¡Para!—Le grité—¡Vete de mi habitación!

—¿Segura?—Asentí con la cabeza—¿No quieres nada conmigo?.

—Exacto, quiero que te marches—No me hizo gracia lo que pretendía hacer conmigo—Por favor.

—Te arrepentirás—Se levantó de mi cuerpo, para dirigirse a la ventana—Vendrás a suplicarme.

Me estaba amenazando, Bieber no me conocía, yo no era una chica fácil. Él pensó que era como todas las demás, que caen rendidas a sus pies, y daría cualquier cosa por pasar una noche rodeada por sus brazos.

Cuando estaba bajando las escaleras, cerré la ventana rápidamente, no quería verlo más, y era un gran problema. Nos volveríamos a ver en el instituto, e iba a ser muy difícil.

Me tumbé en la cama, y esperando que llegara el domingo para descansar de aquella noche con tantas emociones que pasé. En poco tiempo el cansancio me venció, y dormí toda la noche.

*

Le di un mordisco a mi tostada, y aceleré mis pasos para no quedarme atrás de mis mejores amigos. Arreglé el bolso que colgaba en mi brazo, y escuché atentamente sus palabras.

—¿Justin tiene una nueva presa?—Preguntó Kevin—Dicen que lo han visto con una chica nueva.

—¿No os cansáis de hablar de él?—Era cansado escuchar su nombre una y otra vez—Es alguien peligroso, deberían expulsarlo.

Los problemas aumentaron cuando Bieber llegó al instituto, las pelas entre los chicos aumentaron. Las chicas de mi edad corrían alrededor de él solo para oler su perfume. Deseaban subir en su moto, y yo lo hice la otra noche.

Al parecer todos pensaron que tenía una nueva aventura, y esta vez él perdería. No me acercaría a Bieber nunca, no quería problemas, y mucho menos verlo cada día con el rostro marcado de golpes, y ensangrentado.

—Cinco minutos para entrar en clase—Nos miramos entre los tres—¡Correr!.

Y empezamos a correr como atletas profesionales, no podíamos llegar tarde, o no haríamos el examen tan importante. Miré por encima de mi hombro, y vi una moto a mi lado. La conocía, era Bieber, aceleró el motor y nos adelantó con aquel vehículo tan potente.

Llegamos agotados, sin aliento, y con falta de respiración. En el pasillo quedaba poca gente, y aquellas personas eran lo más problemáticos. Quedaron callados y se nos quedaron mirando, en una de las taquillas, justo en la mía, se encontraba un chico besando a una chica desenfrenadamente.

Me acerqué con todo el descaro del mundo, y golpeé la puerta de la taquilla cercana. Cuando se separaron, quedé boca abierta, y con los ojos abiertos. Bieber limpió sus labios, y atrajo la chica más a él, y pasó su mano por su trasero.

No dejaba de mirarme, acariciando las mejillas de aquella chica con su propia lengua. Dejé de mirarlo y corrí hasta mis amigos. Estaba furiosa con él, era insoportable, cuando no me consiguió a mí, buscó a otra.

Mis amigos entraron a clase, y cuando yo estaba a punto de hacer lo mismo, una mano rodeó mi cintura, me alejó de la puerta, y me arrastró por todo el pasillo.

—¡Suéltame!

—¡Suéltame!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
My tough boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora