Aquella mañana Louis amaneció tumbado sobre el cuerpo de Harry como todas las mañanas desde que estaban juntos.
-Buenos días mi amor.-Dijo Louis en el oído de Harry.
-Pero si que si buenos, muy buenos días.- bostezó Harry.
-Venga cielo, ya no estamos de vacaciones. Hace un mes que volvimos de viaje, hoy comenzamos el trabajo en la empresa de tu padre, así que, ¡arriba dormilón!, que desde que regresamos de vacaciones no hay forma que te levantes temprano- río Louis.
-5 minutos más -gruñó Harry.
-Claro, si anoche no hubieras querido hacerlo toda la noche, hoy no tendrías tanto sueño-dijo Louis.
-Bueno es verdad, siempre eres tú él que no sé sacia con nada, para una vez que haya sido yo.-dijo Harry con un solo ojo abierto y sonriéndole a Louis.
-Eso ya lo sé, pero en verdad me gusta que de vez en cuando seas tu el que quiera estar así toda la noche. Me sentiría como un pervertido si no. Además lo de anoche estuvo muy, muy bien.-Dijo Louis mientras se sentaba en la cama.
-¿Algún día vamos a cansarnos de estar follando a todas horas?-preguntó Harry riéndose.
-Espero yo que eso nunca pase.-dijo Louis mientras se levantaba de la cama. -Por que eso demuestra que nuestro amor sigue igual de vivo, además de nuestra pasión, que espero que dure para siempre.-Louis no pudo acabar de hablar, su cuerpo se desplomó contra el suelo. Quedando tendido en él.
-¡Lou! ¡Louis! Dios mío, ¿qué está pasando? gritaba Harry. Se levantó de la cama de un salto y cogio a Louis en sus brazos.
-Lou, ¿qué te pasa cariño? ¡mierda!- gritaba Harry y con su móvil llamó a emergencias.
La ambulancia sonaba mientras iba a una gran velocidad. Harry no podía creer lo que estaba pasando, en cuestión de segundos llegaron al hospital.
-Usted debe quedarse aquí, no puede entrar.-dijo una enfermera a Harry.
-¡Pero si es mi marido!-gritaba Harry.
-En cuanto sepamos algo le llamaremos.-dijo la enfermera. Harry sólo pudo ver como la camilla donde iba Louis inconsciente, desaparecía a gran velocidad por el pasillo.
-Gemma-susurraba Harry por el móvil.
-¿Harry?¿qué pasa?-preguntaba Gemma desde la otra linea.
-Lou, Louis... está en el hospital, por favor ven. Te necesito.- Harry no escuchó nada más. Si hermana ya había colgado el teléfono y se dirigía al hospital.
En menos de 15 minutos Gemma y Jay aparecieron por la puerta del hospital.
-¿Dónde esta mi hijo? ¡¿qué ha pasado?!-gritaba Jay.
-No lo sé, no me dicen nada. Él sólo se levantó de la cama y se el desplomó en el suelo. No me dicen nada Jay. ¡¿qué le pasa a Lou?!-gritaba Harry, abrazado a Jay y llorando desconsoladamente.
-Tranquilos, ahora necesitáis calma, por favor.-intentaba consolarlos Gemma.
Pasaron dos largas horas y finalmente un doctor salio.-¿Familiares del joven Louis Tomlinson?-preguntó.
-Aquí, somos nosotros.-dijo Harry levantándose del sillón de espera.
-Me temo que no tengo buenas noticias.-dijo el doctor muy serio.
Aquellas palabras se taladraron la cabeza de Harry. No, no podía ser. Louis estaba bien hacía unos momentos.
-¿Qué pasa doctor?- preguntó al instante Harry.
