Frases y momentos

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"Es más fácil destruir un átomo que un prejuicio"

Nos quedamos frente a frente, mirándonos tratando de ver más allá. Mis ojos son oscuros, de un marrón oscuro muy peculiar por aquí; pero los suyos son claros, de un azul cielo que nunca había visto. Pero aún así, la conversación se mantiene entre nuestras miradas, cada uno desde su color pero entendiéndonos sin entendernos. Me supera por unos centímetros, no es que yo sea una gran altura o me saque tres cabezas, pero nunca había mirado hacia arriba para hablar con alguien. Su pelo es claro y rizado, a juego con el cielo encarcelado en sus ojos, y contrasta el mío; de un color azabache y completamente liso. Sin contar con su altura, es más grande que yo, y no es enorme pero se nota la diferencia. Parece deportista y yo soy más de quedarme a leer un libro. Viste muy extraño, como sacado de una película, por lo menos completamente diferente a mi; que visto más normal. Cuando ha hablado por primera vez no he entendido ni una sola palabra, conozco el idioma pero... Ni siquiera podía separar las palabras entre sí, y cuando he intentado responder, mostraba el mismo desconcierto que yo. He sonreído ante lo estúpido de la situación, encontrando una misma respuesta.

A nuestro lado pasan dos chicos que le gritan y le lanzan una bola de papel. No entiendo por qué. Le pido disculpas por su comportamiento, intentando que me entienda. Pero sonríe restándole importancia y me pregunta por qué no hago como ellos.

Veo todas las diferencias, algunas son chocantes, otras graciosas. Pero no hay nada de malo en que seamos diferentes. Si todos fuéramos iguales, perderíamos algo muy importante, perderíamos nuestra personalidad, nuestro ser. Nos perderíamos a nosotros mismos.

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