Cuando a la mañana siguiente Chelsea bajó hasta las mazmorras a despertar al prisionero, este ya estaba de pie, con los brazos cruzados apoyándose en una pared.
La Guardiana esperaba algún quejido de dolor, alguna caricia preocupada a su espalda o al menos, ojeras. Pero nada. Arqueó una ceja disgustada. Esas ratas de la calle estaban más que acostumbradas a dormir en una jaula.
Tras varios -y molestos- intentos de entablar conversación por parte del preso, llegaron a la sala de visitas y Chelsea lo empujó sin miramientos dentro.
"Sala de visitas" era un nombre casi irónico que se le había dado a aquella habitación fría y apenas amueblada. Tenía cierto aire con el despacho del capitán, pero era mucho menos acogedora. Consistía en un escenario, sobre el cual estaba colocada una mesa con cinco sillas, dos a cada lado y una más grande en la cabecera, y otra mesa, situada en el suelo con una única silla, encarando el escenario. Se había estructurado de esa forma intencionadamente para marcar la diferencia de autoridad entre los Guardianes y los "visitantes".
Aquel día, al entrar Kira, el escenario solo estaba ocupado por dos personas: el capitán, en la cabecera, y una chiquilla que no llegaría a la mayoría de edad, a su izquierda. Kira recordaba haber hablado con ella abajo, en las mazmorras, y le dedicó una sonrisa de reconocimiento. El capitán la miró sorprendido, pero ella tan solo tosió y se puso a ordenar unos papeles, ignorándolos.
La puerta se cerró tras ellos y Chelsea condujo a Kira hasta la silla, obligándolo a sentarse. Acto seguido subió al estrado y ocupó su lugar a la derecha del capitán, que comenzó a hablar.
-Ya que es vuestra primera vez siendo interrogado y juzgado, os explicaremos las normas: primero, expondremos vuestros cargos y os deberéis declarar inocente o culpable. Después, haremos una serie de preguntas que contestaréis con la mayor exactitud y concisión posibles. Cuando hayamos acabado, y si el jurado lo ve correcto, podréis formular alguna pregunta o exponer vuestra defensa. Mentir a este tribunal significa desafiar a la Corte de Ozirian, tenedlo en cuenta. ¿Habéis comprendido el proceso?
Kira asintió, aburrido.
-Responde sí o no-le ordenó la Guardiana morena.
-Sí, sí.
-Bien-la chiquilla le pasó un fajo de papeles al capitán. -Soy Dáranir Ahelod, capitán de la Casa Gris y la mayor autoridad en este juicio. A mí derecha está Chelsea Monger, segunda al mando, y a mi izquierda María Geneviev, Guardiana en formación. ¿Es vuestro nombre Kira McCarty?
-Sí.
María se dispuso a tomar notas de todo lo que se decía en la sala, mojando constantemente la pluma en el tintero y escribiendo sin pausa.
-Señor McCarty, estáis acusado de desafiar a una autoridad militar, escándalo público, robo de un caballo y...tres gallinas-el capitán hizo una mueca de desconcierto y prosiguió-, agresión contra un licántropo y asesinato de otro. ¿Cómo os declaráis?
Tres pares de ojos lo escudriñaron con atención, impasibles. Kira pareció pensar bastante su respuesta.
-Si soy sincero, he hecho todo de lo que se me acusa...menos lo de escándalo público. Eso es cuestionable.
- ¿Entonces os declaráis culpable? -preguntó Chelsea.
-En absoluto. Me declaro inocente de todos los cargos.
- ¡Pero acabáis de decir...!
-He hecho esas cosas, pero no creo que merezca un castigo-la interrumpió. -Así que me declaro inocente, gracias.
-El acusado...se declara...inocente...-murmuró María al tiempo que lo escribía.
-Inaudito-se quejó Chelsea recuperando poco a poco la calma.
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Crónicas del Submundo I - El último Guardián[Pausada]
FantasyBajo dos astros gemelos se extiende el Submundo. En una granja en el reino de Ozirian comienza nuestra historia. Este libro es el principio de una crónica, una etapa de la historia del Submundo que marcaría a las generaciones posteriores. Este lib...