Capitulo 1 : Los Lunes ...

382 5 1
                                    

Odio los lunes, pero este lunes lo odio más aún, además de ser el peor día de la semana Carlos hoy no esta a mi lado al despertarme, creo que tengo que empezar a acostumbrarme.

Que tonterías digo, claro que tengo que acostumbrarme, a ese imbécil lo eche anoche de mi casa sin dejarle que me diera ninguna explicación.

No las necesito después de lo que vi en casa de Elena, ¿qué esperaba, que le recibiera en casa con los brazos abiertos y le dijera, muy bien cariño, no pasa nada, te he pillado en la cama con mi mejor amiga, pero tranquilo todo esta bien?. No, supongo que no esperaba que le dijera eso aunque es tan, tan, tan... EGOCENTRICO y me saca tanto de quicio, que me podía esperar cualquier cosa de él, pero eso, eso nunca ni en mis peores pesadillas.

Bueno ya está bien Julia de lamentarse, hoy es un fantástico lunes de mayo, hace sol y has quedado con Lucía para comer después del trabajo, ¿qué plan mejor se me puede ocurrir para empezar la semana con buen pie?.

Lucía es la novia de mi hermano mayor Santi. Pero además de mi "cuñada" es como mi hermana, en realidad me llevo mucho mejor con ella que con Santi, y es que él es igual que mi madre, tan controlador y organizado. Todo en su vida tiene que estar previamente analizado, con sus pros y sus contras.
Si soy sincera no sé como Lucía puede llevarse tan bien y entenderle como le entiende, en fin, si lo sé, esta enamorada hasta las trancas.

Entre una cosa y otra son las ocho y cinco de la mañana cuando salgo de casa, y entro al trabajo a las ocho y media. Normalmente suelo ir caminando, sobre todo en esta época del año, además aquí en Oviedo todo esta cerca relativamente y me encanta disfrutar de mi ciudad por la mañana , con las madres corriendo para que los niños no lleguen tarde al cole, algunos abueletes que madrugan para bajar al quiosco a comprar el periódico y se ponen a leer las necrológicas justo en el banco de enfrente del quiosco.

Nunca entendí esa afición, además podrían esperar a llegar a casa, desgraciadamente los que salen en esa sección del periódico no se van a molestar porque te enteres antes o después.

Pero a lo que iba, que hoy he tenido que coger el autobús urbano para poder llegar a tiempo a la clínica.
Trabajo como administrativa en una clínica de cirugía estética, no es el trabajo de mis sueños, pero no me quejo, lo conseguí al poco de acabar mi carrera de Administración y Gestión de empresas y viendo como están las cosas en el ámbito laboral espero conservarlo.

Llego a la clínica la primera y la verdad que me extraña porque Jorge, mi jefe, siempre suele venir muy temprano. Le gusta tenerlo todo a punto para la hora de abrir al público.
Como sé que procura ordenarlo todo antes de empezar a recibir pacientes me dispongo a repetir su rutina diaria, le saco los expedientes de esa mañana, enciendo los ordenadores y preparo una cafetera con rico café irlandés.
Siempre pienso en lo caro que debe ser el bendito café, pero que diablos, Jorge gana lo suficiente como para vivir solo a base de café irlandés, además esta riquísimo.

Son casi las nueve y nadie da señales de vida asi que llamo a casa de Jorge para saber a que se debe este inusual retraso. Me coge el telefono Alicia, su mujer, y hay algo en su voz que me da a entender que hoy no es un día cualquiera que algo ha pasado, y no tiene pinta de ser nada bueno.
- Alicia, ¿estás bien?, es que Jorge no ha llegado aún y me he preocupado, siempre es tan puntual, y Rosa tampoco ha llegado.
- Julia, cariño- la voz se le entrecorta y creo que esta llorando- Jorge, Jorge... tuvo un accidente con el coche ayer cuando venía de la clínica, y... y... ya no está Julia, ya no está, lo he perdido y no se que hacer.

Todo se me paraliza en el cuerpo no soy capaz a articular palabra, no me puedo creer que mi jefe, con el que ayer cerré la clínica y que estaba tan lleno de vida y tan ilusionado contándome que en dos meses iba a ser abuelo por primera vez, haya muerto en un accidente de tráfico.

Todo pero NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora