21.- La Diosa Caída

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Se sentaron frente a frente, los ojos oscuros del cazavampiros inescrutables fijos en ella. Colocó el cuaderno de cuero sobre la mesa entre ellos, abierto para mostrar el retrato de la hermosa pelirroja. Rose bajó la mirada hacia ella y se sintió mareada mientras un millar de preguntas comenzaba a zumbar en su cabeza. Carl se sentó silenciosamente a su lado pero ninguno de ellos le prestó atención.

Senji cruzó las manos sobre la mesa y se inclinó hacia ella. Rose contuvo un estremecimiento, por alguna razón la cercanía de aquel hombre la inquietaba. ¿Sería por la sangre inmortal que ahora corría por sus venas?

-¿Y bien?- inquirió el repostero con voz cavernosa, su semblante absolutamente serio- ¿Cuánto sabes sobre Inanna?

Rose meditó un instante la respuesta. O mejor dicho la pregunta. ¿Era una pregunta trampa? ¿Ocultaba algún significado? ¿Cuánto sabía sobre Inanna, la leyenda Sumeria, o cuánto sabía sobre Inanna la vampiresa milenaria?

Decidió contestar con cautela.

- Se que es una diosa de la Antigua Mesopotamia, la Diosa de la Guerra y el Amor, conocida como Ishtar por los Babilónicos. Se la relaciona con Venus, el planeta. Aunque se le dice la diosa del amor no podemos tomarlo en un sentido romántico o conectado al matrimonio, Inanna es una figura pasional y sensual relacionado con el sexo, la fertilidad y el placer, conocida por sus múltiples amantes. Es igualmente la diosa de la guerra, inflexible, trae el caos y la destrucción a aquellos que la desobedecen. Incluso recurre a sus encantos para apoderarse mediante engaños de lo que corresponde a otros dioses.- hizo una breve pausa mientras ordenaba sus ideas, sus pocos conocimientos sobre ella- En realidad al ser un personaje mitológico tan antiguo no hay mucha información al respecto y mucha de la que existe está incompleta.

El silencio se extendió entre ellos. Senji asintió despacio.

-Me sorprende que sepas tanto al respecto- confesó- No es el tipo de conocimiento que tendría una chica de tu edad. ¿Cuántos tienes? ¿16? ¿17?

-18- se apresuró a responder Rose algo sorprendida porque el cazavampiros se interesara por su edad- Y siempre he tenido un interés especial por la mitología - aclaró.

No mentía, siempre había encontrado la mitología fascinante pero de una forma diferente al resto de los mortales. Si para otros eran cuentos para niños o creencias obsoletas, para ella eran misterios. Se entretenía imaginando la existencia de aquellos personajes, cuánto habría de verdad y cuánto de mentira tras cada una de sus historias. Sabía por experiencia que todas aquellas leyendas tenían una base real, más o menos difusa. Pero jamás hubiera imaginado que una diosa que rigió la tierra hace miles y miles de años fuera en realidad una vampiresa; y menos aun que se la encontraría en pleno siglo XXI en su cosmopolita ciudad. De algún modo era un pensamiento que le venía demasiado grande a su raciocinio humano, no alcanzaba a comprender el mundo hacía milenios. ¿Significaba eso que los dioses antiguos habían sido en realidad vampiros? ¿O un cúmulo de diversas criaturas mitológicas que habían gobernado sobre los humanos? A los que los humanos habían honrado por su poder, un poder superior a sí mismos y su comprensión del mundo. Un mundo en que lo sobrenatural en vez de ocultarse había vivido bajo la luz del día (o la noche) disfrutando de todos sus privilegios. Antes de la ciencia y la razón, antes de la llegada de un único Dios y la persecución de cualquier poder que se le opusiera o lo ofuscara... Si aquellos seres que habían gozado de una vida de honra y presentes continuaban tras tantos siglos sobre la faz de la Tierra... ¿cuántas cosas no habrían visto? ¿Y cómo se sentirían al tener que vivir en las sombras? 

Pensó en Inanna, una vez una diosa y ahora durmiendo un sueño centenario en las profundidades de una cripta húmeda y fría. No es como si a los vampiros les afectara la humedad ni el frío pero con años y años de experiencia y poder tendían a ser un tanto exquisitos respecto a sus gustos. No había más que ver la mansión donde la propia Rose se había criado. 

El Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora