Realizado por "Acarmen29" y editado por mi, Neytir.
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Harry lo miró atónito porque no podía hablar ni moverse.
─ Disculpa, se me olvidó – y con un ligero movimiento de varita, deshizo el hechizo.
─ Explícate – le ordenó Harry.
Sonreí amplia mente y le hice un gesto a Potter.
─ Pero antes sígueme, aquí nos pueden oír – susurré levemente sólo para que él me escuchara.
Nos adentramos en el Bosque Prohibido, era de día y los rayos de sol atravesaban las finas ramas de los grandes árboles, las gotas de rocío caían de las pequeñas flores a causa de la lluvia. Cada vez que nos adentrábamos más, el follaje de los árboles era más denso y más difícil de cruzar, y cada vez se veía menos, lo que dificultaba más nuestro ya complicado trayecto. Al final me paré en medio de un círculo de tierra, y esperé a que Potter viniera hacía mí.
─ Malfoy, ¿me vas a explicar de una buena vez que es lo que has encontrado? – su voz se entrecortaba por el esfuerzo de caminar durante tanto rato detrás de mí.
Sonreí complacido y extendí mi mano hasta apartar unos cuántos arbustos. Potter miraba sorprendido, no era capaz de comprender lo que estaba viendo, parecía como si viera una ilusión.
Cuando aparté los arbustos de mi camino, cuatro grandes pilares salieron de detrás, separados cada uno formando un ángulo recto, y en medio de aquel paisaje, había un altar de mármol blanco, con unas cuantas grietas que sobresalían de la tierra y del moho que se formaba por debajo a causa de la humedad.
─ ¿Qué es este lugar? - dijo este alucinado.
─ Ésta es la forma para ir al Limbo – le miré directamente a los ojos, “este chico es corto, ¿para qué cree que le he traído aquí?”
Harry me miró atónito.
─ ¿Cómo lo has encontrado? Mira, prefiero no saberlo. -Harry miraba el altar con grandes ojos - ¿Qué tenemos que hacer?
─ Todo está en este libro – dije mientras lo alcanzaba para que lo viera bien.
─ Es el libro que estábamos buscando... ¿Cómo es que lo tienes? – susurró dubitativo.
─ Francamente, se lo quité a Riddle, fue como quitarle un caramelo a un niño, muy fácil – mi voz reflejo el orgullo que sentía por haberlo conseguido.
─ A ti nadie te para Malfoy, y menos por lo que quieres...
Miré hacia abajo cuando Potter pronunció sus últimas palabras. ¿Es qué no entendía cuanto quería recuperar a Hermione y a Grace? Las echaba de menos, a ella y a mi hija, quería tenerlas entre mis brazos, vivir con ellas y mi hijo, en nuestra propia casa. Soñaba con un hogar sin magos malvados ni nada por el estilo… sin que nadie pudiera decir si debemos o no estar juntos. Porque lo único que sé es que la amo, la amo y la amo… como a nada en este mundo, que quiero lo mejor para ella, y que sé yo soy lo que ellas necesitan, soy yo al que ella ama de verdad, aunque no lo sepa... y sé que sólo yo, he sido y seré su verdadero amor.
─ Todo lo hago por ella y mi hija - le miré a los ojos directamente - Ellas son mi prioridad Potter, y sé que la tuya también, como lo es Ginny.
─ Malfoy yo...
─ Dejemos los sentimientos aparte, lo que vamos hacer se requiere mucha sangre fría.
Potter me miró un poco asustado.
Abrí el pesado libro y le hice un breve resumen de lo que ponía.
─ Para ir al Limbo, necesitas buscar los cuatro pilares de Kross, en medio de ellos se alza el altar, dónde Kross se sacrificó con la ayuda de su hermano para ir al Limbo y buscar a su madre. Conectaron su mente a través de un hechizo y cuando ya estuveron los dos conectados, su hermano le clavó en el corazón un puñal de plata con sangre de Fénix, Kross al instante murió, y su hermano podía ver lo que él veía y lo que sentía. Para que funcione bien el hechizo y que la persona sacrificada vuelva en vida, hay que esperar 24h, cuando la luna llena se posa sobre el cielo, ahí es cuando se rompe la conexión, si se rompe después, el sacrificado será arrastrado hacia el Limbo para siempre. Exactamente lo que le pasó a Kross.
Acabé de hablar y miré a Potter que tenía la mirada posada en mí.
─ ¿Estás seguro, Malfoy, de querer hacer esta locura?
─ Por ellas, haré lo que sea Potter.
Potter se acercó despacio a mí, y yo le miré con cara de pocos amigos, este extendió su brazo delante de mí.
─ Te voy ayudar, porque yo haría lo mismo por Ginny.
Acepté su mano, al mismo tiempo cerrando el trato.
─ ¿Cuándo hay luna llena? -preguntó Potter.
─ Esta misma noche.
─ Y ¿de dónde vamos a sacar el cuchillo de plata y la sagre de Fénix?
─ El cuchillo de plata ya lo tengo, tengo la daga que me regaló mi padre cuando cumplí 10 años.
─ Y ¿la sangre de Fénix?
─ Potter, pensaba que no eras tan cortito de mente, ¿quién tiene un Fénix en su despacho?
─ Dumblendore...
─ Exacto.
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