-¿Tu no iras a ir así al trabajo no, futura directora de una revista de moda?- me dijo apuntando con su dedo mi cara y mi pelo.
-Mel, no estoy para sarcasmos esta mañana- le dije abatida mientras esperaba que el microondas calentara el agua para el té.
-Tú sientate que ahora vuelvo- dijo y salió dspedida hácia su habitación.
Cuándo volvió yo estaba sentada en una de las sillas de la cocina mirando fijamente la nada, con la taza de té entre las manos.
-Voy a peinarte y maquillarte ya que no tengo nada bueno que hacer hasta las 10 de la mañana. Y no intentes oponerte- dijo emocionada.
Ni siquiera le estaba prestando atención diría, tan solo me deje hacer. Sentí como me recogía el pelo en un rodete, esa sensación me resultaba familiar, y sin poder contenerme aunque tampoco lo intenté, las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas.
Cuándo Melissa acabó de peinarme cogió el pomo con la base de maquillaje y se percató de mi llanto. Dejó ir el bote encima de la mesa y me abrazó.
-¿Porqué lloras cariño?- dijo algo preocupada
-He tenido una pesadilla esta noche, ultimamente todo es muy extraño, mi vida ha dado un vuelco y no se como afrontar todo de golpe- dije entre sollozos.
-Sábes que puedes contar conmigo mi niña, yo estaré aquí para lo que necessites. Pero debes aprender a ser fuerte, dejar atrás lo que te lastima y levantar la cabeza al futuro y afrontar las situaciones.
-Estoy destinada a quedarme sola, mi padre me abandonó cuando tenía 5 años, mi madre se volverá a casar, Michael me engañó y se fué... ese es mi destino- susurré.
-No digas bobadas anda, tienes a un chico guapo y enamorado de tí que haría cualquier cosa por evitar verte así como te estoy viendo yo, y lo sabes- dijo levantándome la barbilla y obligándome a mirarla a los ojos-, pero eso a tí te asusta, te asusta que te pinte pajaritos en el aire y te haga falsas promesas como lo hizo Michael.
-Si- dije con un hilo de voz
-Ay mi niña- dijo abrazándome fuerte- non debet timere et amare, ni debes temer amar ni ser amada.
- ¿Y que hago?, es tan nuevo para mi- pregunté intentando obtener una respuesta que solucionara toda mi vida.
-Lo que tu corazón sienta- me dijo señalando el lugar dónde se aloja esa masa de músculos que bombea la sangre a todo el organismo- y ahora deja de llorar si quieres que te maquille, o sinó acabarás llendo peor al trabajo- me recriminó con una dulce sonrisa.
Era impossible no contagiarse del buen ánimo de Melissa.
Cuándo acabó le dí las grácias, cogí el bolso, las llaves del coche y el móvil de la mesilla de noche.
-Recuerdate de sacar a Buster un ratito- le grité desde la puerta y luego la cerré.
Entré en el ascensor como un ciclón y apreté para que me llevara al parking. Me giré y me sorprendí de verme en el espejo, ya que no era consciente de cómo me había maquillado Melissa, pero me alegré de que hubiera sido fiel a mi estilo. Un poco de base de maquillaje para igualar la cara, un poco de sombra color petróleo en el extremo distal del ojo para realzar el esmeralda de mi mirada y rimel, un toque de brillo de labios transparente y así me disponía a ir a trabajar. La verdad, le podría decir que me maquillara todos los días, aunque ya me temo cuál iba a ser la palabra mal sonante que utilizaría para dejarme claro que ni loca.
Subí al coche, respiré hondo y salí del parking. Decidí que para abstraerme de mis pensamiento pondría la música y cantaría. Mi alter ego al oirme decír eso, se sacó de los bolsillos unos tapones para los oídos y se escondió debajo del almohadón de su chaise long.
ESTÁS LEYENDO
Emily Wolf ©
General Fiction[Emily es secretaria de la famosa directora de la revista "Cúspide of moda". Su rutina se ve alterada por la aparición de un atractivo hombre en las oficinas centrales. Ese mismo fin de semana, Emily es invitada a una fiesta dónde se vuelve a cruzar...
Capítulo VII
Comenzar desde el principio