Capítulo 7.

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Capítulo 7|Dijimos tantas cosas esa noche...

Antonella Cavalcante:

Italia parte 1.

Los recuerdos de la última vez que vine a Italia hace dos años me nublaron la cabeza. Un mes antes de irme a la universidad le avisé a mi padre que lo iba a pasar con amigos, amigos falsos que invente del instituto para que así no se molestara en preocuparse.

La verdad era que me había escapado con Lionel, había aceptado irme de viaje con él y había dejado a un lado todos los pensamientos que llegaban a mi cabeza acerca de que era una mala idea.

Estaba enamorada, para ese entonces Lionel era lo único que veía. Era mi luz en la oscuridad, era mi voz de la razón y mi estrella fugaz en un cielo nublado.

Cuando llegamos al hotel en que nos quedaríamos en ese tiempo, nos costó bastante acostumbrarnos a las miradas extrañadas pero poco nos importó ya que nadie nos conocía.

O pensé que no nos importaba.

Tres días antes de marcharme a la universidad, las peleas empezaron, los gritos y los desacuerdos. Me sentía encerrada en una jaula, me asfixiaba y sentía que se me hacía mas difícil respirar.

—¿Para que me has traído aquí?— le pregunté, mirándolo desde la cama mientras él se encontraba en el sofá con una copa de vino. La miraba como si fuese lo más interesante que alguna vez haya tenido en sus manos— ¿Para dejarme encerrada en una habitación de hotel mientras tú te vas a beber al bar hasta que cierre?

No había dejado de beber desde que llegamos hace un mes.

Cuando no vi sus intenciones de responderme me puse de pie y caminé hasta mi maleta. Empecé a recoger todas mis cosas bajo su mirada y me enfurecí. ¡No debí haber venido! ¿Por que lo hice? está claro que fue una mala idea.

—Amore...

—Fue una mala idea hacer este viaje— solté.

—¿Que haces?

—Estoy haciendo mi maleta, Lionel, me marcho.

Se tambaleó un poco antes de llegar a mi.

—No me dejes.

—Estoy cansada— confesé— pensé que esto iba a ser diferente y...

—¿No he cumplido con tus expectativas? ¿no te he dado lo que has querido?

—No he mantenido ni una sola conversación contigo en estado de sobriedad.

—Esto es difícil para mi también, Antonella.

—¿Que? ¿que es lo difícil?— ataqué con molestia.

—Eres la hija de mi mejor amigo— dijo— ¿Es que no estás enterada?

—¡Eso solo parece molestarte cuando no estamos teniendo sexo!

—Sabes que eres más que sexo para mi, pero... es complicado.

El Mejor Amigo De Mi Padre. ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon